Un pintauñas capaz de alertar a las mujeres de la posibilidad de que alguien intente abusar sexualmente de ellas. Es la idea de cuatro estudiantes de la Universidad Estatal de Carolina del Norte (EEUU), que están desarrollando una sustancia que puede detectar en bebidas la presencia de Rohypol y GHB, dos drogas utilizadas por ciertos violadores para sedar a las mujeres antes de agredirlas. Si estas sustancias están presentes en una copa, y la mujer remueve la bebida con el dedo, el esmalte cambiará de color.
El invento no ha salido aún a la venta, pero ya ha provocado un enorme interés y también revuelo en las redes sociales. El objetivo de las creadoras, dicen, es «inventar tecnologías que le den poder a las mujeres para protegerse» y aunque han recibido peticiones de muchas interesadas, se han tropezado también con las críticas más inesperadas, las de sectores feministas, que consideran que pone en las mujeres la responsabilidad de no ser violadas, en lugar de destinar más recursos a la prevención de violadores y a su detención.
«Es más fácil inventar un esmalte antiviolación que encontrar la manera de detener a los violadores», escribía la periodista Jessica Valenti, columnista del periódico británico The Guardian. Algunas llegan incluso a afirmar que se podría llegar a culpabilizar a la mujer que sufre una agresión sexual, por no haber tomado las precauciones debidas y no haberse puesto el pintauñas.