El toro Jocko Besne, semental estrella de la raza Holstein y gloria mundial de la reproducción, murió el 7 de marzo en Loire-Atlantique (Francia) tras haber engendrado a centenares de miles de vacas lecheras en todo el mundo, según anunció este martes la unión de cooperativas Créavia, propietaria del animal.
«Fue la estrella de la reproducción francesa y una de las últimas estrellas de la ganadería mundial», comentó el portavoz de Créavia, David Leguyader. Sus restos han sido enviados al Museo de Historia Natural de París. «Fue uno de los cinco toros cuyas características literalmente hicieron la raza holstein», la primera raza lechera del mundo, subrayaron desde Créavia.
Nacido en 1994 en una granja del Morbihan (oeste de Francia), Jocko Besne ha producido a lo largo de su vida más de 1,7 millones de dosis de semen que fueron exportadas a una treintena de países.
«Tuvo entre 300.000 y 400.000 »hijas» en el mundo, de ellas 161.888 han sido debidamente censadas», aseguró Leguyader a AFP, alegando que los controles en algunos países importadores, como Estados Unidos e India, no son muy exhaustivos.
Los descendientes machos no se contabilizan en esta carrera lechera. Solo en Francia, al menos 23.370 granjas cuentan con descendientes de este semental, según Créavia.
Jocko Besne fue el tercer gran semental de la historia de holstein y el único gran arquetipo a la antigua usanza. «Con su desaparición, se pasa una página. Ahora, los reproductores son seleccionados cuando nacen gracias a pruebas de ADN, mientras que en la época, había que esperar 6 años y medio para ver cuánto valían sus hijas. Había que criar 1.000 toros para poner 20 en el catálogo», precisó Leguyader.
En total, Jocko Besne habrá generado un volumen de negocios de entre «10 y 15 millones de euros» con su semen, según sus propietarios. El animal, que se jubiló hace un año, tuvo el raro privilegio de morir de muerte natural en su establo.