Después de dar muchas vueltas y comprobar los papeles de la mima para solucionar el problema, descubrió que tenía el candado puesto y no llevaba las llaves encima.
El presentador tuvo que hacer uso de los papeles de la moto para saber el motivo de la avería. Un transeúnte se animó a echarle una mano para solucionar el problema. El anónimo no dudó en dar martillazos para hacer saltar la cerradura. Joaquín agradeció al desconocido el servicio prestado dándole un apretón de manos.