La lista de la compra. La lista de los deberes de los niños. La lista de gestiones pendientes. La lista de los 40 principales. Y luego está la lista de la tristeza, que siempre se las apaña para que nos fijemos en todo lo que va mal en nuestra vida.
El mundo está lleno de listas. Hay listas inteligentes que nos hacen hacer. Y listas tontas que nos paralizan. Si todo está tan mal y es tan horrible, ¿para qué intentarlo?
Se ha publicado hace poco en España un nuevo libro del veterinario y escritor inglés James Herriot, Todas las cosas brillantes y hermosas. No lo he leído. Pero me gusta el título, porque refleja asombro ante la belleza y agradecimiento. Dos actitudes que nos disponen a reconocer todo lo que marcha bien en nuestra vida.