Daniel Goleman, autor del bestseller Inteligencia emocional, está promocionado estos días en Barcelona su libro dedicado a la atención, Focus.
En una entrevista publicada en El Cultural, el psicólogo estadounidense explica que poner todos los sentidos en lo que hace le permite “vivir las situaciones de otra manera, con más serenidad”. La atención también es una muestra de respeto cuando conversamos con alguien.
Esto que dice Goleman sobre la serenidad y la concentración en los demás me recuerda a las dos alas de la poesía de las que habló Adam Zagajewski. Una es el cultivo de la vida interior, un territorio de silencio y libertad. Y la otra es la contemplación racional del mundo que nos rodea, la exploración incesante de la realidad.
La atención nos invita a cuidar el corazón: ese espacio íntimo donde se gestan y crecen las emociones, los pensamientos, las palabras cargadas de sentido. De ahí sacamos abundantes tesoros y adquirimos la calma para relacionarnos con los demás. Me concentro y te escucho porque me pareces valiosa. Porque te quiero. Porque eres guay.