La familia es un buzón de correos al que siempre podemos echar deliciosas cartas de amor.
Un beso es una carta de amor.
Un beso y un abrazo son dos cartas de amor.
Una noche en vela, pendientes de un familiar enfermo o del bebé que llora, es una carta de amor de dimensiones cósmicas. Merece un monumento.
Una noche de sábanas ardientes y entrega cuerpo a cuerpo es otra carta memorable de amor.
Perdonar es una carta de amor que hace cantar al alma.
Acariciar es una carta de amor que hace bailar los sentidos.
Recoger la mesa, fregar los platos, sacar la basura… es una baraja de cartas de amor.
Para que luego digan los expertos que las palabras se las lleva el viento.