La última semana de febrero será complicada en el Norte. Aunque muchos puntos de la península y las Islas Canarias y Baleares estarán en alerta por viento que podrá alcanzar los 100 kilómetros por hora, las protagonistas serán las olas gigantescas de hasta 10 metros que se darán en el Cantábrico y Galicia.
Un frente frío derivado de la borrasca bautizada como »Uli» entre el lunes por Galicia y se desplazará hasta el sureste dejando lluvia, nieve, frío y un alterado oleaje. El director de Sirimiri Meteo Consult, Eduardo Román, destaca que «la marea alta de hasta cuatro metros junto al temporal que azotará al país esta semana provocará un revuelto oleaje en las costas del norte y del este del país».
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha activado la alerta roja en el Cantábrico y en Galicia para este martes por olas que pueden alcanzar los 10 metros de altura, concretamente en A Coruña, Lugo, Asturias y Cantabria.
En alerta naranja estarán en Pontevedra y País Vasco por olas que pueden alcanzar entre los cinco y los siete metros, mientras que en el Mediterráneo los españoles podrán ver el mar golpeando las costas con una altura de hasta cuatro metros.
También en las Islas Canarias y Baleares sufrirán el temporal en forma de fenómenos costeros. La alerta amarilla activada prevé olas de hasta cuatro metros.
El mar suele causar estragos en el norte de la península cada invierno. La ola más alta de la historia se alcanzó en la madrugada del 24 de enero de 2009 en una boya colocada en Santander, la boya de Augusto González de Linares, durante un temporal de vientos y fenómenos costeros, con 26,13 metros de altura. La fuerza del mar incluso llegó a romper los anclajes que sujetan el sistema de medida y quedó a la deriva hasta varios días después.
¿Cómo se miden las olas?
Las boyas son las que miden la altura de las olas todos los días a todas horas. La experta de la institución Puertos del Estado, Marta de Alfonso, que entre otras cosas mide la altura de las olas, explica que las boyas recogen cada hora los datos que miden como puede ser la altura, la salinidad del agua o su temperatura.
«Al oleaje le dedican unos 30 minutos. Lo que hacen es que durante 30 minutos miden las olas que se van produciendo, cada segundo toman una medida, de cómo suben y como bajan. Después procesan los datos y sacan los valores medios, lo que se conoce como altura significante».
«La altura significante es la media del tercio de olas más altas medidas durante un periodo de 30 minutos y coincide con lo que un observador experimentado estima visualmente como altura de ola en un punto”, explica De Alfonso.
Las alturas máximas de ola, que no son obtenidas hasta que se realiza el mantenimiento de las boyas, se pueden «estimar como 1,6 veces la altura significativa.
Las alturas ‘récord’ se suelen medir en alta mar, mientras que en la línea de costa, las alturas son generalmente menores por el efecto de refracción que el fondo ejerce sobre el oleaje y que hace que éste siempre llegue paralelo a la costa, independientemente de su dirección original.
Las boyas que suben más alto
La mayor parte de las grandes olas se dan en Galicia y las costas del Atlántico. El resto de playas españolas son mucho más tranquilas por estar rodeadas de del Mar Mediterráneo, que es cerrado y no suele tener demasiados movimientos.
La de Bilbao-Vizcaya tiene su valor más alto de altura significativa en 13,7 metros, siendo la que registra un valor más alto de media hasta ahora. Le sigue de cerca la boya de Villano-Sisargas cuyas olas han llegado a los 13,5 metros.
Otros ejemplos, también en las costas atlánticas de España son la Boya de Estaca de Bares (que en los últimos días ha rozado su récor de 12,9 metros de altura significativa).