¿Nunca te has preguntado por qué tus padres se saben casi todas las calles de la ciudad y tú apenas puedes recordar el de la tuya? Internet podría ser la razón. Según un estudio buscar en información en internet nos vuelve vagos para memorizar e incluso para buscar en nuestra memoria información que ya sabemos.
Tener las respuesta al alcance del móvil en vez de hacer un pequeño esfuerzo por usar nuestra propia memoria es peligrosamente cómodo y fácil. La gente que realiza la primera acción podría estar desentrenando la capacidad de su memoria, así lo dice un estudio elaborado por la Universidad de California, Santa Cruz, y de la Universidad de Illinois.
Los investigadores señalan que tener cualquier información “a una búsqueda de Google” ha cambiado nuestro modo de almacenar, acceder y usar el conocimiento en la actualidad, lo que a su vez ha alterado nuestra manera de pensar y de recordar.
Google vs. Memoria
En una primera fase del experimento, los participantes se dividieron en dos grupos: uno con disposición de usar Google y otro que sólo podía recurrir a su memoria.
A ambos les presentaron ocho preguntas difíciles a las que tenían que responder en el menor tiempo posible. A los del primer grupo los obligaron a buscar en Google aunque ya supieran la respuesta, mientras que el segundo no podía usar nada más que su memoria. No lograron dar respuesta en ninguno de los casos.
La segunda fase comenzó inmediatamente después y el instructor leyó ocho preguntas fáciles. A diferencia de la anterior prueba, les dieron a los participantes de ambos grupos la opción voluntaria de buscar en Google.
Con ello se quiso comprobar cuáles y cuántos de ellos acudirían a Internet, y el resultado fue que los que usaron esta herramienta en el primer set de preguntas mostraron más tendencia que los otros de volver a usarla en el segundo set.
Somos vagos para pensar
El 30% de los participantes que en la primera fase habían consultado en Internet ni siquiera intentaron usar su memoria para responder a una sola pregunta de las fáciles. Además, los participantes que acudieron a su propia memoria tardaron menos tiempo en responder que los que buscaron en Internet.
Nos volvemos más Internet-dependientes cuanto más usamos esta herramienta, aunque habría que esperar a realizar más estudios para detectar si este comportamiento repercutirá en el futuro en nuestra capacidad de memorizar.