El ministro Cristóbal Montoro daba este miércoles un ultimátum a sus potenciales socios para sacar adelante las cuentas de este año: tenéis hasta final de marzo para cerrar negociaciones. Y es que el Gobierno está nervioso porque, aunque el Techo de Gasto no Financiero está aprobado, y por tanto el objetivo de déficit y de estabilidad presupuestaria se puede cumplir; la ausencia de presupuestos paraliza inversiones, paraliza el objetivo de la equiparación salarial entre cuerpos policiales y, sobre todo, paraliza nuevos planes como el Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Rajoy manifiesta, alto y claro, que las cuentas son el objetivo principal del Gobierno, y que no existe un plan B.
Si los plazos se cumplen los Presupuestos Generales del Estado de 2018 se presentarían en el Congreso a finales de marzo, y los trámites parlamentarios -tanto en el Cámara Baja como en el Senado y en las respectivas comisiones parlamentarias de ambas cámaras- durarían, al menos, dos meses y medio.
Si la luz verde definitiva se recibe entre mayo y junio, los presupuestos solo podrían ejecutarse al 50%. Aun así, sería una victoria para el Gobierno, ya que su objetivo primordial es aprobar estas cuentas que consideran las de la «consolidación de la recuperación». En ellas previsiblemente recogerán, entre otras cosas, una subida salarial a los funcionarios y a los cuerpos policiales, además de una nueva partida para pagar las pensiones. Medidas novedosas e imprescindibles para Rajoy que conseguirían satisfacerle. Tanto que si consigue aprobar los PGE de 2018 no le importaría prorrogarlos para el 2019, año en que la legislatura llegará a su fin, y para el que se espera poder haber dado la deseada imagen de Gobierno sólido y estable que ha conseguido todos sus objetivos relacionados con el déficit y el empleo.
Ni Gobierno ni PP dan pistas
Como ya declaró a este medio el portavoz popular en la comisión de presupuestos, el diputado por Lugo Jaime de Olano, las negociaciones están abiertas. Olano hace un llamamiento a «todos los grupos que se quieran sumar», con especial mención al PSOE, contando ya con el apoyo de Ciudadanos y Coalición Canaria, y sin mencionar al PNV. También se muestra optimista dando por seguro que con la primavera llegarán los presupuestos.
Por parte del Gobierno, ni Montoro, ni Sáenz de Santamaría, ni Rajoy dan pistas de la situación de las negociaciones, aunque sí han expresado en reiteradas ocasiones que son la prioridad del ejecutivo, advirtiendo también que solo llevarán las cuentas al Congreso cuando tengan los apoyos suficientes.
Ciudadanos, PNV y PSOE están lejos
La imputación de la senadora popular Pilar Barreiro en el caso Púnica ha torcido las negociaciones con el partido naranja. Barreiro ya ha declarado ante el juez por petición propia, pero mantiene su condición de investigada y en Ciudadanos ponen como condición inamovible que dimita o sea apartada de su cargo para dar su apoyo los Presupuestos Generales de 2018. Sin embargo el PP no está dispuesto a ceder esta vez ante Ciudadanos porque su apoyo es importante pero no es decisivo, es decir, sin el de PNV y Coalición Canaria, el »apoyo naranja» es irrelevante. Además el asunto tampoco les preocupa mucho a los populares porque esperan que a finales de febrero o primeros de marzo Pilar Barreiro deje de estar investigada, dando vía libre para que en Ciudadanos les apoyen.
Algo más lejos está PNV, que dado a que ocupan el gobierno autonómico del País Vasco, mantienen una »doble» gran relación con la Generalitat de Cataluña y los partidos nacionalistas. En primer lugar por su relación histórica y de ideario político con el PDeCat, y en segundo lugar por la excelente e histórica relación entre las instituciones vascas y catalanas. El Partido Nacionalistas Vasco no apoyará al PP hasta que «no se recupere la normalidad» en Cataluña. Las condiciones, claro, pasarían por la formación de un Govern y el »levantamiento» del artículo 155, algo que se puede imaginar que ocurrirá tarde o temprano, pero que la atmósfera actual hace pensar que quizá no pase antes de primavera, porque los escenarios más probables pasarían o por una investidura telemática, para la que Rajoy ya ha avisado que en caso mantendrá vigente la intervención del Estado a través del 155; o por la presencia -o intento de presencia- de Puigdemont en el Parlament, que sería detenido por la policía -antes o después de ser investido- y, probablemente, encarcelado de manera preventiva por rebelión y sedición. Ninguno de los dos escenarios es del agrado de PNV.
El PSOE sí que se ha desmarcado totalmente de cualquier apoyo económico al PP sin poner condiciones, diferenciándose como partido «socialdemócrata, de izquierdas que no pacta con la derecha». En contraposición, Pedro Sánchez ha iniciado estos meses una campaña de propuestas económicas y sociales que se están divulgando a través de sus Asambleas Abiertas, y de Internet y redes sociales.
Unidos Podemos y PSOE presentarán unos presupuestos alternativos
Unidos Podemos ya demostró su efectividad mediática y diferencial. Los presupuestos alternativos que presentó el grupo parlamentario confederal morado definían un Estado muy distinto al propuesto por el Gobierno, recogiendo, en concreto, medidas muy novedosas como el aumento del gasto social hasta 19.500 millones de euros más que lo que presupuestó el PP, que fueron 191.000 millones, el 56% de todo el gasto de las cuentas. Además la formación morada también apostaba por aumentar la balanza de ingresos a través de una reforma progresiva del sistema tributario, endurecíendolo para las rentas más altas.
Tal y como ya adelantó a este medio Segundo González, las cuentas paralelas de Unidos Podemos la propuesta se presentará en un dossier que detallará las partidas presupuestarias que formaría Unidos Podemos si gobernara en solitario: Volverá a estar acompañado por gráficos interactivos en una página web con dominio propio, comparándose con las cuentas de otros países de Europa y marcando los contrastes con las oficiales del Partido Popular.
Pero Unidos Podemos tendrá este año un rival inesperado y que además, en la teoría, comparte modelo de Estado, el PSOE. La batalla entre las dos formaciones pasará por conseguir un carácter social y que además sea el más »realista» o »posible». Para los dos partidos, el gobierno de Rajoy «consolida los recortes de los años de la crisis económica y fomenta la desigualdad de clases», por lo que deberán intentar desmarcarse de ellos.
El Gobierno promete poner en marcha planes aun sin presupuestos
Según se han pronunciado los ministros Zoido, Monserrat, de la Serna y Montoro, la ausencia de presupuestos no detendrá ni la dotación del Pacto de Estado contra la Violencia Machista, ni el aumento del permiso de paternidad, ni la equiparación salarial de cuerpos policiales, ni la inversión en las nuevas carreteras ni en los nuevos trayectos de AVE, ni tampoco el aumento del salario de los funcionarios. Eso sí, a pesar de la defensa de sus respectivas promesas para 2018, de momento todas ellas están paralizadas y ningún miembro del gobierno ha especificado cómo las llevarán a cabo sin contar con presupuestos.