«Hola, me llamo Javier Limón Romero». Así comienza la carta del marido de Teresa Romero Ramos , la auxiliar de enfermería contagiada por el virus del ébola. Ingresada desde este lunes, se contagió después de tratar al misionero Manuel García Viejo en el Hospital Carlos III.
La misiva de su marido, distribuida a través de las redes sociales, reza así: «Quiero denunciar publicamente que un tal Zarco, creo que es jefe de Sanidad de la Comunidad de Madrid, me ha dicho que tienen que sacrificar a mi perro así, si más», explica. «Me pide mi consentimiento, a lo cual me he negado rotundamente. Dice que entonces pedirán una orden judicial para entrar por la fuerza en mi casa y sacrificarle».
«Yo, antes de venir al hospital le dejé varios cubos de agua, la bañera también con agua y un saco de pienso de 15Kg para que tuviera comida y agua. También le dejé la terraza abierta para que haga sus necesidades», cuenta. «Me parece injusto que por un error de ellos quieran solucionar esto por la vía rápida», cuenta.
«Un perro no tiene porque contagiar nada a una persona y al revés tampoco».
«Si tanto les preocupa este problema creo que se pueden buscar otro tipo de soluciones alternativas, como por ejemplo poner al perro en cuarentena y observación como se ha hecho conmigo. O acaso hay que sacrificarme a mi por si acaso. Pero claro, un perro es mas fácil, no importa tanto», concluye el marido, que también ha publicado imágenes de su mujer y suyas con el animal.
Javier Limón Romero se encuentra aislado en el hospital después de conocerse que su mujer padecía la enfermedad, después de haber tratado a Manuel García Viejo. Entró dos veces en su habitación, una para cambiar un pañal y la segunda después de que hubiera fallecido. Se desconoce cómo pudo ser infectada.