El autobús naranja de HazteOír con el rótulo: «Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si naces mujer, seguirás siéndolo» ha causado un gran revuelo en la sociedad española. El juez lo mantiene inmovilizado cautelarmente pese a asegurar que no hay indicios de delito de odio. Estos son los argumentos del presidente de la asociación a favor de la campaña:
- El autobús de HazteOir.org no va contra nadie. Nuestra asociación se opone a toda forma de discriminación, ya sea por sentir una determinada identidad sexual o por manifestar una opinión. Nuestra campaña es a favor del derecho fundamental de las familias a educar a sus hijos en libertad, de acuerdo con sus valores. Y se ha convertido, a nuestro pesar, en una campaña por el derecho a expresar nuestras ideas en los espacios públicos.
- Las leyes LGBT obligan a los colegios a enseñar unas ideas sobre la sexualidad que son las ideas del movimiento LGBT. Se trata de ideas controvertidas, sin un acuerdo entre la comunidad científica. Somos muchos los padres que no estamos de acuerdo en que se eduque a nuestros hijos con esa perspectiva ideológica ni con ninguna otra. Simplemente, queremos decidir sobre los valores con los que educamos a nuestros hijos, tal y como se nos reconoce en el artículo 27 de la Constitución. La campaña de la que forman parte el autobús y el libro ¿Sabes lo que quieren enseñarle a tu hijo en el colegio? giran en torno a una única noción: la libertad de educar a nuestros hijos.
- El juez, en su Auto de este 1 de marzo, señala que no hay un delito de odio ni se humilla a nadie con el autobús de HazteOir.org. Aun así, ordena inmovilizarlo porque entiende que en nuestro mensaje de “Los niños tienen pene, las niñas tienen vulva…” podría haber un menosprecio a las personas transexuales. No estamos de acuerdo con esa conclusión, y vamos a apelar contra la decisión del señor juez, porque entendemos que la mera posibilidad de que alguien pueda sentirse menospreciado por nuestro mensaje no es un motivo suficiente para impedirnos el ejercicio de nuestro derecho fundamental a expresar nuestras ideas.
- El revuelo sobre el autobús ha tenido, al menos, un efecto positivo: está sirviendo para que políticos y medios de comunicación clarifiquen su postura sobre la libertad de expresión. Saber si todos tenemos el mismo derecho a expresar nuestras ideas en el espacio público es importante para evaluar la calidad de nuestra democracia. Importa a todos saber si hay determinados dogmas promovidos por grupos de interés que no se pueden cuestionar. Hoy le ha tocado a HazteOir.org la censura, pero mañana le puede tocar a cualquier otro. Aunque solo sea por eso, el autobús ya ha prestado un servicio.
- El juez ha dicho que no hay delito de odio en nuestra campaña, pero en cambio, nuestra asociación y yo mismo somos objeto desde hace unos días del odio más feroz en Internet, con amenazas de muerte incluidas. Los políticos que se han puesto a la cabeza de la campaña para prohibir el autobús, como la presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, o la alcaldesa Manuela Carmena, no han dicho nada, en cambio, de este acoso criminal en la Red. El autobús de HazteOir.org ha retratado su actitud ante la libertad de los demás.
- Que no hay rastro de un delito de odio, ya lo ha dejado claro el juez que ha estudiado el caso en primera instancia, en su Auto de este 1 de marzo. Entonces, ¿cuál es el verdadero fondo de todo este enorme revuelo? Cuando quise debatir en televisión con el portavoz de la asociación LGBT Arcópoli, este pasado miércoles, el activista se negó, alegando que él no estaba para someterse a un careo conmigo. El autobús de HazteOir.org ha servido también para eso: demostrar quién es aquí el dueño del silencio, el propio y el de los demás.