España sabe y aplica en otras partes del mundo la tecnología para cobrar por el uso de las carreteras. Es decir, el telepeaje está más que inventado. Pero ponerlo en práctica en las principales vías españolas llevaría algo de tiempo. José Luis Pérez Uturriaga, director del proyecto OASIS (Operación de Autopistas Seguras, Inteligentes y Sostenibles), calcula que se tardarían unos dos años en aplicar el sistema de cobro en la red principal (unos 5.000 kilómetros) y que costaría unos 1.000 millones de euros.
El debate de si España debe o no aplicar esta tasa existe en el sector del transporte y también en el Gobierno, si se tienen en cuenta recientes informaciones que señalan que el plan de liberalización de infraestructuras podría incluir el peaje. Fomento guardia silencio, pero la patronal y sindicatos sospechan que algo se está moviendo.
Poner en marcha este sistema implica tiempo, no por el proceso técnico, sino porque es necesario cambiar una legislación y un acuerdo político entre Estado y autonomías. Javier García Sánchez, responsable del proyecto “Nuevo modelo de participación público-privada de las carreteras de España”, dentro del programa OASIS, calcula que la tecnología estaría lista en un año, pero habría que dedicar al menos tres meses de prueba para comprobar su funcionamiento. Unos meses de adaptación.
La tasa por el uso de la vía es distinto al peaje tradicional. «Aquí se habla de aportar por un bien de uso público. No es pagar por un trayecto determinado», expone García Sánchez. Es decir, una región puede acordar el peaje en determinadas vías con el modelo tradicional de cabina. La Comunidad de Madrid ha planteado esto en vías de su competencia.
Europa paga por sus carreteras
El telepeaje, que utiliza la tecnología de satélite para localizar el coche y un dispositivo móvil que recaba los kilómetros recorridos, no es nuevo en Europa. Portugal, Alemania, Francia o Austria aplican este sistema, con la misma tecnología, y desde el año pasado existe una directiva comunitaria que recomienda el pago por el uso de carreteras, eso sí, aboga por que no haya una tarifa única, sino que el coste varíe según el tipo de vía, de coche, la antigüedad de la carretera o la hora en la que se circula. También puede haber exenciones. Pese a esto, en Portugal, por ejemplo, existe una tarifa base de 7 céntimos por kilómetro. Europa aconseja que esta tasa se mantenga por debajo de los 10 céntimos por kilómetros. Sin embargo, en Alemania se paga 30 céntimos por determinados camiones.
En España, el coste del que se habla en los estudios se sitúa entre los 4 céntimos y los 12 el kilómetro, dependiendo de las circunstancias mencionadas. Si se siguiera este baremo, un viaje Madrid-Sevilla podría costar entre 21,28 y 63,84 euros. El proyecto OASIS ha elaborado un modelo teórico de pago por uso de las carreteras. “El trabajo tiene en cuenta el coste de mantenimiento de la vía, el tráfico, la contaminación que emite el coche…La idea es aplicar una tarifa de equilibrio”, expone Javier García Sánchez, del programa OASIS. Según el experto, el Gobierno dispone de la información y los estudios para poner en marcha el telepeaje y existe flujo de comunicación entre los profesionales del sector y la Administración. Otra cosa es que haya voluntad política para desarrollarlo. “Quien fija la tarifa es el Gobierno y al final es una decisión política”, subraya García Sánchez.
La Asociación Española de la Carretera, que aglutina a colegios profesionales del sector, no ve mal el peaje en las autovías, siempre que la recaudación se destine al mantenimiento y mejora de la carretera. “Va a ser inevitable el cobro por usar las vías dadas las circunstancias actuales. Además, existe una directiva europea que dice cómo se hace, cuál es la fórmula más eficaz”, sostiene Elena de la Peña, subdirectora de la organización.
La patronal de las concesionarias de autovías y peajes (ASETA) lleva años reclamando que se fijen tarifas “para mantener en buen estado las vías” y reducir la contaminación del tráfico. Calcula que con una tarifa media de 10 céntimos por kilómetro para coches de más de 3,5 toneladas se recaudarían 3.000 millones de euros al año.
Con el ‘Free-Flow’, el usuario suele pagar la factura al mes
El sistema de telepeaje que funciona en Portugal o Alemania se llama ‘Free-Flow’ y utiliza dos fuentes de información. Por un lado, unos pórticos instalados en las vías localizan a través de tecnología de satélite el coche y envía la señal a una central de datos. Por otro lado, un dispositivo colocado en el vehículo y conectado a esa central almacena los kilómetros recorridos y hace la factura. Este aparato, que cuesta unos 20 euros puede estar asociado a una cuenta bancaria y pasa la factura al mes.
Este modelo se aplica en Europa, salvo en Suiza, donde todos los conductores pagan una tasa anual obligatoria. La tarifa es de 40 francos suizos (33 euros), pero el Gobierno plantea el aumento de su precio hasta los 100 francos (83 euros).
En Alemania, la circulación por los 12.000 kilómetros de autopistas está libre de peaje para los turismos, mientras que los vehículos pesados y camiones de más de doce toneladas tienen que pagar una cuota por kilómetro recorrido, que varía según el combustible y el recorrido, pero que puede alcanzar los 30 céntimos.
En Italia pasa como en España. Hay un debate, pero no hay nada en marcha, de momento.