Miguel, un madrileño de 57 años, contrató en 2008 una hipoteca al tipo de interés del yen con la “tranquilidad” de que era un producto bancario seguro, ya que si la directora de su sucursal (de Bankinter) tenía el mismo préstamo, no podía existir trampa. “Me dijeron que el momento era bueno y que no había de qué preocuparse”. Por aquel entonces, el Euribor alcanzaba el 5% y el tipo de cambio del euro con respecto al yen era favorable. “Recuerdo que un euro costaba 167 yenes y que el interés de allí rondaba el uno por ciento”. Miguel empezó a pagar por su hipoteca de 465.000 euros una letra de 1.600 euros al mes.
Pero los problemas llegaron pronto. A partir de septiembre de ese año, la mensualidad empezó a aumentar. Primero fueron 2.000 euros, luego 2.500, después 3.000… hasta que alcanzaron los 3.400 euros. Entonces, la hipoteca de su vivienda se convirtió en algo inasumible. “Los del banco me decían que la revalorización del yen era coyuntural. Pero es que no paraba de subir el coste. Ya no podíamos ir a más”.
Su caso muestra otro efecto de la devaluación del euro. La hipoteca multidivisas entraña riesgos para el consumidor, porque la pérdida de valor de la moneda única frente al yen o el franco suizo supone un aumento de la letra del piso, pero también de la deuda. Por ejemplo, si en 2008 el yen cotizaba a 167 unidades, hoy se paga a 99,6.
Afectados por estos préstamos han constituido un colectivo para recibir asesoramiento y ayudar a más usuarios. La Plataforma Hipoteca Multidivisa asegura que unas 30.000 familias españolas están en esta situación. ADICAE, la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros, recibe cada semana entre dos y tres consultas.
“Estoy al borde del precipicio”, lamenta Miguel, prejubilado. Y añade: “A los que tenemos capacidad de pago, no nos dejan morir. Pero sí que vivamos en la agonía”.
Miguel cuenta con amargura que aunque nadie en la entidad les informó de los riesgos, se sienten “culpables”. “Mis conocimientos en macroeconomía son muy malos. Los que estamos en esto somos gente normal. No somos especuladores”. Explica que fue a principios de este año cuando se dio cuenta de la dimensión del problema. Un conocido experto en inversiones le dijo que había contratado un producto “en el mercado más horrible del mundo, con más depredadores; el de divisas”.
Este madrileño estudia presentar una demanda con el objetivo de que anulen la cláusula multidivisa de la hipoteca. “Yo voy a pagar mi deuda, que es 465.000 euros, no de 680.000”.
“Este producto financiero es muy complejo y se somete a las turbulencias del mercado de divisas”, indica Jorge Mora, abogado de ADICAE, que ve en los casos que se denuncian “malas prácticas comerciales” por parte del banco. Las reclamaciones judiciales pretenden mostrar que la entidad no cumplió su obligación de informar al usuario de los riesgos de este producto.
El bufete de abogados Navas y Cusí lleva una treintena de demandas por hipotecas multidivisas. “La clave aquí es demostrar que la entidad no se aseguró que el cliente había entendido la evolución macroeconómica y la influencia que esto tiene en los tipos de interés y en su hipoteca”, señala el abogado Juan Ignacio Navas.
Miguel dice que es “optimista” en el plano legal porque ve margen para hacer frente a la hipoteca y amortizar lo abonado. Pero admite que cada caso es un mundo.
Además, la justicia es lenta.