A Alberto Pozas le conquistó el periodismo mientras trabajaba haciendo fotocopias en 1979 en el boletín de información política «Off the récord» y, tras pasar por diversos medios, dirige desde 2008 Interviú, una revista de la que destaca su credibilidad: «La gente sabe que lo que sale en Interviú va a misa».
En una entrevista a Efe, Pozas (Madrid, 1959) afirma que la última portada, en la que aparece la exconcejala socialista de Los Yébenes (Toledo) Olvido Hormigos, ha sido «de lo más visto en las webs» quizá porque «si el cotilleo se mezcla con el erotismo y con la política, el cóctel es de los buenos».
Considera que el periodista ha perdido prestigio social y reivindica la necesidad de que esta profesión no deje de estar cerca de la gente, precisamente la receta para el éxito de su semanario, que fue el primero o de los primeros en informar sobre víctimas de preferentes y desahucios.
PREGUNTA: ¿Una mujer se cierra las puertas a la política si posa desnuda para un medio?
RESPUESTA: En la España de 1980 no se cerraría y en la España de los noventa, tampoco. Quiero creer que en 2013 hemos avanzado como sociedad y no hemos retrocedido.
P.- ¿Se contradice Hormigos al posar en Interviú y en cambio llevar a los tribunales la emisión en redes sociales de un vídeo casero de contenido sexual?
R.- No. Ella y no nosotros es la administradora de su intimidad y no se puede comparar un vídeo grabado para consumo privado que un reportaje fotográfico hecho para ser portada de una revista.
A la gente le puede extrañar, pero quienes defendieron a Hormigos cuando fue brutalmente agredida con la difusión del vídeo ahora pueden emplear los mismos argumentos, su libertad individual, para defenderla de quienes se ensañan con ella.
P.- ¿Cómo ha cambiado el periodismo en los más de treinta años que lleva en esta profesión?
R.- Ha sido un cambio para mal, no porque lo hagamos peor sino porque hemos perdido prestigio social. Antes se te llenaba la boca para decir que eras periodista y ahora si te descuidas casi tienes que pedir perdón.
En estos años mucho periodismo buscaba una influencia exagerada cuando lo que tiene que hacer es narrar y acompañar pero no influir; ha habido momentos en los que si un medio no conseguía la dimisión de un ministro o cambiar la estrategia en una empresa no era nadie y quizá estamos pagando esos excesos.
P.- ¿Han influido mucho las nuevas tecnologías en esos cambios?
R.- Antes teníamos una manera de comunicarnos con la sociedad y ahora la sociedad ha encontrado su manera para comunicarse entre sí y con nosotros. De repente todo el mundo que tiene un teléfono, una tableta, un ordenador o un blog es periodista.
Quien no es un bloguero no es nadie en este país y, aunque cumplen su función comunicando cosas, eso no es periodismo, periodismo es mucho más.
P.- Es tertuliano de programas como «Hora 25» (Cadena Ser). ¿Cree que todo periodista o cualquier persona puede ser tertuliano?
R.- Si se atreve y le contratan sí. Hay periodistas muy capacitados para eso pero no están en tertulias y sí te encuentras, sobre todo en televisión, señores que no saben mucho de lo que hablan pero que cumplen otras funciones de comunicación y con eso no me voy a meter nunca.
P.- El equipo de investigación de Interviú tiene muy buena fama. ¿Cuál es la fórmula?
R.- Sentir la obligación de que cada lunes necesitas sacar algo distinto. Con lo débil que está el kiosco si con un semanario te pareces a los diarios estás muerto.
El truco es la frase que oí a Antonio Asensio Pizarro, fundador del Grupo Zeta: «El éxito de Interviú es estar cerca de la gente de la calle». Sigo creyendo en eso, a veces una investigación es tan sencilla como ir a un pueblo y preguntar a quince personas.
Y, sobre todo, tenemos un prestigio de marca de credibilidad, la gente sabe que lo que sale en Interviú va a misa si son creyentes y a otro lado si no lo son.
P.- Los desahucios, los recortes… ¿Estos temas han modificado el contenido de Interviú?
R.- No, porque estamos cerca de la gente y generalmente vamos por delante. Ahora todo el mundo habla de desahucios y si miramos por fechas Interviú estaría entre los primeros, y en el tema de las preferentes fuimos los primeros en informar sobre una señora discapacitada que había firmado el contrato con su huella dactilar.
También ahora un medio ha dado un vídeo de torturas hechas por soldados españoles en Irak e Interviú dio reportajes similares en 2005.
Y cuando Alberto Núñez Feijóo posa en 1995 con Marcial Dorado en las fotos publicadas ahora, Interviú ya había dado en 1990 un especial sobre el narcotráfico en Galicia y ese empresario aparecía dentro de la «operación Nécora».
Seguro que Feijóo era un asiduo lector de Interviú en aquellos tiempos porque no hay político que se precie que no lea Interviú.
P.- ¿Por qué los políticos están tan mal valorados hoy por la sociedad?
R.- Posiblemente porque se lo merecen. Por más que los políticos piensen que somos los periodistas los que los separamos de la calle, ellos son los que no ven los problemas reales de la gente.
El ámbito político evoluciona más despacio que el social pero llegan unas elecciones, siguen votando millones de personas y el político se siente respaldado.
Si me preguntas si los periodistas estamos más separados de la sociedad también te digo que sí, y por nuestra culpa. La sociedad se mueve y no podemos esperar a que pare para alcanzarla.
P.- ¿Ha cambiado el perfil del lector de Interviú?
R.- No mucho. Es de clase media-media alta y la media de edad es un poco más joven que antes porque se sitúa en 39 años. Sí ha aumentado el número de lectoras ya que cada semana nos leen 250.000 mujeres. Nunca nos hemos sentido una revista masculina porque es de información general con un complemento -la portada- que nació en unos momentos determinados. Intentamos sorprender y la fórmula sigue valiendo.
P.- ¿Interviú en papel puede desaparecer?
R.- Seguiremos jugando esa baza porque hay un nicho grande de lectores a los que les gusta el Interviú clásico, llevarlo a casa y leerlo con tranquilidad.
P.- Jesús Vázquez o Rafael Amargo fueron portada de Interviú. ¿Cuándo el próximo?
R.- Es complicado porque es un cambio radical de público en una semana. Con Vázquez hicimos la prueba coincidiendo con el día del Orgullo Gay y fue un acierto absoluto. No me importaría hacerlo todos los años pero es muy difícil encontrar un perfil de ese calibre.
P.- ¿Qué portada recuerda que haya causado más revuelo?
R.- La de Jesús Vázquez por lo que supuso. Es una persona encantadora e incluso donó el dinero negociado con nosotros a ACNUR.
P.- ¿Y cuál fue la más cara?
R.- Eso nunca se revela, pero sí pagamos un sobreprecio por la de Vázquez porque era para ACNUR.
P.- ¿Cree que una portada de Corinna tendría interés para los lectores?
R.- Hemos intentado hablar con ella, no para que salga en portada, sino para confirmar determinados aspectos sobre un reportaje que hicimos sobre unas cuentas en Suiza y sobre cómo cobra comisiones pero declinó hablar con nosotros.
Si nos hubiera hablado de las cuentas suizas lo mismo se nos habría ocurrido hacerle más propuestas.
Pilar R. Veiga