La carretera está llena de coches »pepiteros». La crisis deja en segundo plano cambiar de vehículo pero la realidad es dramática: un coche de diez años supone que, en caso de producirse un accidente de tráfico, el riesgo de lesiones graves o mortales se multiplica por dos, según la DGT.
En carretera secundaria además la edad del vehículo es un factor decisivo a la hora de determinar la gravedad de las lesiones. La subdirectora de Estadística de la Dirección General de Tráfico explica en la revista que «los nuevos vehículos introducen nuevos mecanismos de seguridad, algunos obligados por la normativa, que han supuesto un menor riesgo de resultar gravemente herido o muerto en accidente de tráfico».
Dicha declaración se apoya además en un estudio realizado por RACE en colaboración con Bosch. En una prueba de impacto entre dos vehículos con una diferencia de 20 años, el más joven origina heridas de consideración pero no mortales a su ocupante, mientras que el conductor del vehículo antiguo sufría lesiones mortales, quedando atrapado en la cabina destrozada.
La edad media de los coches que circulan por España es de 11,5 años, dos meses más viejos de media que en 2014, según las últimas estimaciones realizadas por la patronal española de fabricantes de vehículos Anfac.
El 53% de los coches del parque automovilístico tiene más de 11 años. Un 29% de los coches que circulan por la carretera tiene entre 11 y 15 años y un 24% más de quince años, tres puntos más que el año pasado.
Desde Anfac dan la voz de alarma. Recuerdan que la antigüedad media de los coches que han intervenido en un accidente con víctima durante 2014 fue de 14 años. El futuro no parece tener mejor pinta. Desde Audatex hablan de que en 2017 habrá más de 16 millones de coches mayores circulando.
El RACE explica que las posibilidades de sufrir un accidente aumentan en proporción a la antigüedad del vehículo y que el riesgo de morir en el accidente también está directamente relacionado con la edad del mismo.
El estudio indica que, en autovía, en accidentes de coches de menos de 4 años se produce una muerte por cada 74 siniestros, mientras que para coches de más de 15 años la proporción es de un fallecimiento por cada 36 accidentes.
En carreteras convencionales, se contabiliza un muerto por cada 41 accidentes en coches nuevos, en tanto que en los más antiguos dicha proporción se sitúa en un fallecimiento por cada 19 accidentes.
El pasado mes de diciembre, la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), establecía que la media de edad de los vehículos de nuestro país está por encima de los 11 años.
En la actualidad más de once millones de conductores en España manejan vehículos que tienen más de 10 años de edad, una cifra que sitúa a España como el país con el parque automovilístico más antiguo de los cinco mercados principales de Europa (Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y España).
Las principales consecuencias de la presencia de un parque tan envejecido son las relacionadas con la seguridad y el medio ambiente. Según un estudio de Race y Bosch, la posibilidad de fallecer en un accidente de tráfico se triplica en los coches de más de 10 años. Y además un vehículo nuevo consume un 30% menos de combustible y emite un 95% menos de partículas que uno antiguo