Las exportaciones se han convertido en la niña bonita del presidente de la Generalitat, Artur Mas, cuando quiere defender la viabilidad económica de una Cataluña independiente. En los últimos meses la tendencia de las exportaciones catalanas se ha invertido de manera que ahora exportan más al exterior que al resto de comunidades españolas. A priori una fortaleza de la economía catalana, pero no suficiente para mantener su nivel económico según algunos expertos.
“Cataluña exporta a España entre el 20% y el 30% de su producción. Es una cantidad muy importante ya que supone una cuarta parte. La salida va a ser dolorosa y dura”, explica Rosella Nicolini, profesora de la universidad Autónoma de Barcelona. Esta experta apunta que Cataluña debería buscar nuevos mercados e ir preparándose poco a poco.
En un escenario en el que Cataluña optara por independizarse las empresas podrían plantearse trasladar su sede de esta comunidad a otra. “Seguramente muchas empresas decidan cambiarse porque irse a otra comunidad les saldría mucho mas barato porque no tendrían que buscar nuevos mercados o invertir dinero en investigación de producto”, cuenta Rosella Nicolini. Además este escenario podría ser una oportunidad para el resto de comunidades autónomas que podrían ofrecer ayudas fiscales para que estas empresas se trasladen a estas zonas.
La marcha de las empresas catalanas no sería el único problema al que se podría enfrenar el nuevo país. Desde España e incluso desde otro países de Europa se podrían repetir momento como los vividos en 2005 cuando se realizó un boicot al cava catalán. Este hecho provocó que los productores de cava perdieran en los primeros seis meses del año un 4,3%. “Lo del cava catalán comparado con lo que podría pasar ahora es anecdótico. Las multinacionales podrían pensarse mucho el quedarse en Cataluña ante un posible boicot. Las empresas cuando van a establecerse en un lugar estudian el potencial de mercado al que pueden dirigirse, y si ya sabe que va a haber un grupo de gente que no les va a comprar, se lo pensaran un par de veces”, apunta Nicolini.
Sobre cómo podrían cambiar las exportaciones catalanas y si las empresas catalanas se verían muy perjudicadas por el nuevo rol de Cataluña, Nicolini explica que todo dependería del estatus. Esta experta relata que si la Cataluña independiente se quedara fuera de la Unión Europea tendría que pactar los arancelas con la UE o con la Organización Mundial del Comercio. “Para que los flujos comerciales funcionen, no hay nada mejor que una económica integrada. Cualquier otro tipo de estructura es de segundo rango. La Unión Europea no le va a aceptar como miembro con todos los beneficios del mundo”, señala la experta.
Para concluir, esta experta matiza que con la independencia de Cataluña España no va aganar en competencia. “La realidad es que nadie va a ganar. Cataluña será la que más va a perder porque lo que se puede comprar en Cataluña se pueden comprar en otro sitio. Cataluña no tiene nada distintivo que ofrecer, como Suiza que tiene el flujo financiero o Noruega que tiene el crudo. Cataluña no tiene nada diferente del resto de países”, afirma Nicolini.