Que en España el 28% de los jóvenes de 18 a 24 años decidan dejar de estudiar se debe a muchas causas, que pueden cruzarse, pero que tienen como punto de partida las deficiencias en la enseñanza primaria. Así lo señalan padres y profesores, que consideran que el sistema educativo tiene que reformarse con el consenso de todos. El famoso pacto por la educación.
Nicolás Fernández, presidente de Sindicato Independiente de Profesores, ANPE, explica que el sistema actual es rígido y eso dificulta que se adapte a las necesidades del alumno. Añade que existe un salto cualitativo entre primaria y secundaria que resulta «traumático» en el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje. Fernández es partidario de recuperar el valor del esfuerzo, pero eso no significa necesariamente endurecer el sistema. En su opinión, el cambio del modelo debe ser global, partir de la enseñanza primaria, y potenciar las materias básicas y la evaluación.
De la LOGSE, el docente aprecie aspectos positivos. «Se universalizó la enseñanza hasta los 16 años y eso fue un éxito. Pero la ley extendió el modelo de comprensión que ya se estaba retirando en otros países como Gran Bretaña o Francia. Yo creo que debería haber habido un cambio hace una década, una reforma que tampoco se hizo en la LOE».
El profesor pide una oferta más amplia y atractiva de la Formación Profesional para atraer a los estudiantes y recuperar aquellos que abandonaron antes de tiempo la formación educativa.
En esto coincide Jorge Casesmeiro, director del centro Psicopaidos y asesor pedagógico del Colegio Profesional de la Educación. «La FP debe extenderse más y hay que lograr itinerarios más flexibles en la educación. Por ejemplo, para que un estudiante de Secundaria pueda al mismo tiempo cursar un módulo y eso le ayuda a decidir hacia dónde debe ir en su formación». El pedagogo, asesor del Colegio Profesional de la Educación, plantea que las segundas oportunidades para los exalumnos sean más fáciles de lograr; acabar con los vericuetos.
Padres y alumnos, de acuerdo con el Bachillerato de tres años… pero no con la forma
La propuesta lanzada por el Gobierno, aunque sin concretar, de aplicar un Bachillerato de tres años
gusta en parte a padres y profesores . Pero ambos colectivos discrepan en la forma.Por un lado, la Federación de Padres y Madres de Alumnos, CEAPA, considera que el bachiller de dos años se queda corto para impartir el contenido y que el alumnado lo asimile correctamente, pero no está de acuerdo con que ampliarlo a tres años sea a costa de 4º de la ESO. Su presidente, Jesús María Sánchez, propone que haya un bachiller de 3 años para los estudiantes que necesiten ese tiempo para superar las materias.
En cambio, el sindicato ANPE plantea que 1º de Bachillerato sea un año común para todos los estudiantes, preparatorio para los dos cursos siguientes con las modalidades específicas. Rechaza, por tanto, retrasar un año la incorporación a la universidad a o un título formativo de grado superior.
Del abandono de los estudios se responsabilizan tanto padres, como profesores. Las familias, por no haber transmitido lo suficiente la idea de que la educación «es un regalo» para el futuro, pero también requiere esfuerzo. Y los segundos, porque son concientes de que el sistema de formación y selección del profesorado no está a la altura de lo que se demanda…