El aeropuerto de Huesca, que costó 45 millones de euros, ha registrado solo 11 pasajeros en dos meses, en enero y febrero de este año. El diario »ABC» ha tenido acceso a los datos de tráfico aéreo, que revelan que este aeródromo ha visto reducida su actividad en un 99,5% en el último año.
La actividad del aeropuerto de Huesca se ha visto muy afectada por la suspensión de los vuelos por parte de Pyrenair en marzo de 2011. El próximo mes de abril se cumplen cuatro años de la inauguración de este aeródromo. A la vista de esta cifra, hará falta mucho tiempo para que se rentabilice, ya que la infraestructura supuso una inversión de 45 millones de euros. Fomentó apostó por este recinto para atraer el turismo de esquí al Pirineo aragonés en las campañas de invierno.
El Gobierno de Aragón no da este aeropuerto por perdido. El Ejecutivo de Luisa Fernanda Rudi, también la Administración central, buscan inversores para reflotar este aeródromo, en el que trabajan tan solo nueve personas. Según »ABC», el último cliente ha sido una escuela china de pilotos, que utilizó el recinto como centro de formación.
El aeropuerto de Huesca no es el único con una cifra paupérrima de pasajeros. El de Reus ha recibido 1.525 pasajeros en los dos primeros meses del año. En febrero, solo contabilizó 496 viajeros, un 97,8% menos que el año pasado. Pero esta situación puede cambiar, ya que Ryanair reanudará las operaciones a mediados de este mes, después de que la Generalitat se comprometiera a invertir 8 millones de compensación. La compañía de bajo coste operará también en el aeropuerto de Girona.
El tráfico aéreo se ha reducido en todos los aeropuertos. Según AENA, se ha reducido un 4,4% en el último año. La Agencia Europea de Seguridad Aérea, Eurocontrol, ha advertido de que Barajas y el Prat han bajado su volumen de operaciones en febrero. La huelga de pilotos de Iberia ha influido en esta caída.
El caso del aeropuerto de Huesca no es el único que demuestra el despilfarro de dinero público. Un ejemplo recurrente es el aeropuerto de Castellón, que todavía no se ha abierto. Este aeródromo no tiene pasajeros, pero gasta 7 millones en seguridad privada y en espantar aves.
El aeropuerto de Ciudad Real también está en apuros. El aeródromo se enfrenta a partir del 9 de abril a un segundo ERE, una vez que se complete el proceso técnico para la suspensión de sus actividades durante un año. Este expediente de regulación tendrá una duración de 12 meses para 72 de los 74 trabajadores que quedan en la infraestructura. Esta infraestructura también está inmersa en un concurso de acreedores.
El libro »La Casta Autonómica» de Sandra Mir y Gabriel Cruz desvela una serie de casos de derroche de dinero público en proyectos innecesarios, o poco rentabilizados.