Conmoción en Sanchinarro. Quienes conocían a Tamila S., a la que sus familiares y amigos llamaban Nona, aseguran que era «muy buena», sin concesiones. Una mujer íntegra que ha sido brutalmente asesinada en uno de los crímenes más escabrosos que ha vivido la capital en los últimos años. Su cuerpo ha ido apareciendo a trozos durante varios días. Lo primero que se encontró de la mujer fue la mitad inferior, de la cadera para abajo, en unos contenedores de Sanchinarro, una zona residencial de Madrid.
Fue el pasado sábado. Después, más trozos, los brazos, la cabeza, los ojos… fueron hallados en Valdemingómez, el vertedero adonde se llevan las basuras. El marido de Nona viaja ya desde Georgia, de donde era la víctima, hasta Madrid para hacerse cargo del cadáver. En su país de origen quedan los dos hijos del matrimonio, con los que Nona hablaba a diario a través de Internet.
A sus 46 años, Nona trabajaba como empleada del hogar en una casa de Sanchinarro, precisamente el lugar en el que se hallaron sus primeros restos. Llevaba siete años viviendo en Madrid. El pasado miércoles, no fue al colegio a recoger a los niños de la familia que atendía. Entonces, se denunció su desaparición. Unos operarios de la limpieza encontraron la mitad de su cadáver en unos contenedores tres días después.
Sus amigos señalan que no se ha encontrado ni el bolso de Nona ni sus pertenencias, entre ellas el móvil. La Policía continúa investigando unos hechos que, en principio, no apuntan al crimen pasional. Teinteresa ya adelantó la identidad de la víctima.
Agentes de la Policía Nacional detuvieron a Irma S., de 39 años de edad, como la presunta responsable del homicidio.