Si la situación que atraviesa España en grave, la de Portugal se podría calificar de crítica. Los años de austeridad impuestos tras el rescate financiero no paracen suficientes para sacar al pais vecino a flote, así que la única alternativa posible sería acometer una seria reforma constitucional. Por ello, el Gobierno de centro-derecha de Passos Coelho acaba de proponer al conjunto de las fuerzas políticas, sindicales y empresariles del país luso una seria reforma del Estado que, en la práctica, implicaría refundar la Administración política de Portugal.
Passos Coelho ya ha hablado de cambios de “urgentes” para cumplir con “los grandes objetivos de estabilización financiera». Refundar el Estado portugués sería el camino para abonar el rescate y los intereses de los 78.000 millones de euros que aportó la UE y el FMI.
Ante la gravedad del momento, cuando los pilares económicos y políticos de las dos naciones que ocupan de Península ibérica parecen tambalearse, todas las soluciones para salir de la crisis posible. Y es en este momento cuando una encuesta elaborada en 2009 por el Centro de Análisis Sociales de la Universidad de Salamanca (CASUS) cobra nuevo valor: nada menos que el 30% de los españoles y casi el 40% de los portugueses apoyan una unión entre los dos países. Los datos son sorprendentes, sobre todo cuando no se ha desarrollado ninguna campaña para concienciar a los ciudadanos sobre esta cuestión.
La encuesta, además, pone de manifiesto que la mayoría de los españoles y los portugueses considera que las relaciones entre ambos países son buenas o, incluso, muy buenas. ¿Y si la solución a los problemas que aquejan a estos dos viejos vecinos -España y Portugal- fuese convertirse en uno solo y nuevo país llamado “Iberia”?