Pasarse mucho tiempo estudiando en casa no tiene como resultado mejores notas ni que se haya asimilado lo explicado en clase. Un estudio de Fedea (Fundación de Estudios de Economía Aplicada) sobre la educación en España dedica un apartado a analizar cómo influyen el tiempo y tipo de estudio en el rendimiento escolar. La conclusión es que se obtienen mejores resultados académicos y de aprendizaje cuando más tiempo se dedica a procesar el contenido y estudiarlo en clase. Los países ‘top ten’ en PISA, como Corea del Sur, Canadá o Finlandia, disponen de más tiempo de estudio en el aula y menos en casa.
Los alumnos españoles estudian algo más de 13 horas y media a la semana en clases, similar a los griegos. En cambio, los estudiantes de Canadá lo hacen más de 17 horas, en Corea del Sur, 16 horas y media, y en Finlandia, más de 14 horas. En este último país, el peso del estudio en el aula supone el 70% y en casa, el 30%.
Fedea observa que países con resultados pobres en PISA estudian mucho en el hogar. La investigación da valor al estudio lectivo, el que se produce en el colegio. Zoe Kuehn, una de las autoras e investigadora en la Universidad Complutense de Madrid, pone como referencia el modelo finlandés: “Un estudio dirigido está relacionado con mejores resultados. El profesor enseña a poner en práctica lo aprendido y a deducir”.
Hacemos más deberes en casa que la OCDE
Los alumnos españoles pasan algo más de tiempo haciendo deberes (7,8 horas a la semana) que la media de la OCDE (7,3), pero estudian menos en la escuela (la media en los países de PISA es de 14,8 horas). La investigación apunta que más horas para estudiar en el aula subirían las puntuaciones en España, México o Grecia, países con resultados por debajo de la media de OCDE.
Pero hay otros factores relacionados con el estudio que inciden en el rendimiento. Uno es el nivel educativo de la familia. El informe de Fedea señala que los alumnos con padres que ocupan un puesto cualificado obtienen mejores resultados.
Más relevante es el papel de las familias en el estudio de los niños. “Apoyar y tutelarmente adecuadamente la labor de estudio de los hijos es positivo para que tenga éxito en el colegio”. Hay una corriente de opinión científica que señala que el esfuerzo de los padres en la educación de sus hijos es incluso más decisivo que el del propio alumno o del centro educativo.
«El esfuerzo es rentable»
Fedea subraya que “esforzarse es rentable” y concluye que más horas lectivas de estudio, completadas con más tiempo de trabajo guiado en casa tiene un efecto positivo medible por ejemplo en el rendimiento de ciencias. Por el contrario, aumentar las clases particulares puede afectar a los resultados. “En España, buena parte de los que van a academias son alumnos con problemas en determinadas materias. Pero en estos centros tampoco se dirige el estudio, están encaminados a superar un determinado contenido”, apunta Zoe Kuehn. La tasa de repetidores de 15 años se acerca al 40%, un promedio similar a México y Turquía, mientras que en Corea solo repite el 2% del alumnado.
El rendimiento académico en España también se ha relacionado con el tipo de deberes. La investigadora opina que las pruebas de PISA deberían ser orientativas sobre los ejercicios que mejor contribuyan al aprendizaje: “Son evaluaciones más prácticas, más de entender y de deducción que memorizar”. Según explica, el estudio dirigido conduce a un aprendizaje individual. “Se le enseña al alumno a aprender a pensar y a resolver un problema, aunque ese no lo ha visto 30 veces”.
La investigación de Fedea recomienda reforzar el papel de los centros educativos en flexibilidad horaria y métodos de enseñanza, para que los alumnos estudien el mayor tiempo posible en la clase.