Con la primera ola de calor de este verano, en España ya tenemos que lamentar la pérdida de cientos de hectáreas a causa de un “gran incendio”, como lo ha calificado la Junta de Andalucía, en Nerva (Huelva). El fuego fue declarado la tarde del jueves y se prevé que supere las 500 hectáreas afectadas en las próximas horas.
«Llevábamos un buen verano, es la realidad, pero advertíamos de que en cualquier momento nos podíamos encontrar con un gran incendio y lamentablemente así ha sido», ha subrayado el consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, José Fiscal.
Se desconoce por el momento si la mano del hombre se encuentra tras este fuego, pero los datos arrojan una desoladora realidad y es que el 95% de los incendios forestales se deben a la acción humana. Para evitar riesgos que pueden provocar un incendio forestal, la web del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación comparte el siguiente decálogo:
1. No arrojar cigarrillos ni fósforos al suelo.
2. No encender fuego en el monte en épocas de riesgo.
3. Si se va a hacer una quema, solicitar la autorización oportuna. Además, se aconseja extremar todas las precauciones en su ejecución.
4. En época de riesgo, no utilizar maquinaria agrícola o forestal que pueda generar incendios.
5. Cumplir con las restricciones de acceso a zonas forestales en épocas de riesgo.
6. Extremar las precauciones si se emplea fuego en las actividades agrícolas.
7. Si se divisa un incendio, avisar de manera inmediata al 112 o al teléfono de emergencia de la Comunidad Autónoma correspondiente. Recordar que la seguridad es el factor más importante, por lo que nunca se debe trabajar sólo.
8. En época de riesgo, no utilizar herramientas que puedan generar chispas.
9. No arrojar basuras fuera de los contenedores habilitados.
10. Poner toda nuestra atención en evitarlos.
¿Por qué no van a la cárcel los autores de los incendios forestales?
Cada año se abren miles de procesos por fuegos en los montes españoles, pero apenas unas decenas llegan a los juzgados. Las llamas borran cualquier indicio que pueda probar la implicación del sospechoso.
Además de la falta de pruebas concluyentes que permitan presentar ante un juez o un jurado una causa bien armada, las dudas o incluso el olvido que provoca el paso del tiempo en los testimonios de vecinos y del entorno del sospechoso no permiten llevar a buen puerto las investigaciones. Y es que salvo las causas por imprudencias -quemas de rastrojos- que resultan sencillas, ya que se resuelven con un juicio rápido, en los asuntos más complejos la resolución se demora de dos a cuatro años.