Era habitual verle hacer footing por las mañanas y cargar las bicicletas de sus hijos los domingos en el coche para salir con ellos y su mujer de paseo. Mariano vivía con su familia en un bloque de casas militares situado en las cercanías del acuartelamiento, iba a su casa andando. Eso le mató. La facilidad del objetivo era clara. Estando Lasarte de por medio el modus operandi iba a ser el de siempre. Tiro en la nuca. El 10 de abril de 1995, Mariano de Juan, que llevaba 10 años en el Cuartel de Loyola no volvió a casa.
Un pistolero le mató a traición. Lasarte esperaba en el coche. Mariano tenía 37 años y dos hijos. Mariano quedó tendido en la acera rodeado por un gran charco de sangre. Cubierto con una sábana, el cuerpo del militar asesinado permaneció tendido en la calle por espacio de más de dos horas, hasta que el juez titular del Juzgado de Instrucción número 1 de San Sebastián, Fernando Andreu, ordenó su levantamiento. Por el asesinato de Mariano fueron condenados Valentín Lasarte Oliden (1997) y Francisco Javier García Gaztelu (2006). En la sentencia se recalcaba cómo los etarras asesinaron al brigada «vilmente» y de manera «cobarde».