Elpidio José Silva, nacido en Granada, es más que un juez polémico. Ha sido el primer magistrado en ordenar el encarcelamiento de un banquero en esta crisis y sus resoluciones no pasan inadvertidas por sus expresiones singulares y las metáforas para referirse a los hechos que investiga. Tildó la conducta del expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa, a quien mandó a prisión, de “aberrante”, y comparó la situación en la entidad financiera como la de “tormenta perfecta”. Pero no solo recurre a símiles. También bucea por Internet para fundamentar sus decisiones; sin ir más lejos, se inspiró en Wikipedia para hablar de Bankia y la crisis en una resolución del caso Blesa. Durante la instrucción de este prSoceso, del que ha sido apartado, denunció presiones y pidió amparo al Poder Judicial.
Primero en su promoción y con premio extraordinario de licenciatura, lleva 22 años en la judicatura, cinco de ellos como magistrado en un juzgado de instrucción de Madrid, y tiene experiencia en juzgados de Francia e Italia.
En su trayectoria profesional, ha sido titular del Juzgado de lo Penal y de Vigilancia Penitenciaria de Ceuta y de diversos juzgados de primera instancia e instrucción, concretamente en Lora del Río (Sevilla), Aracena (Huelva) y San Roque (Cádiz),
Se formó en la Université Panthéon-Assas (París 2), en la Universidad de Cádiz y en la Università di Bologna (Italia). Además, ejerció un mes como juez del Tribunal de Grande Instance d» Ajaccio (Francia). También, ha estado destinado como magistrado de la Audiencia Provincial de Cuenca (2005-2008) y previamente en la de Las Palmas (2001-2005).
La polémica le ha acompañado no solo por el contenido de sus autos, sino también por las actuaciones que ha impulsado. El pasado abril imputó a la decana del Colegio de Abogados de Madrid, Sonia Gumpert, por la denuncia que presentaron otros candidatos durante los incidentes registrados en la jornada electoral. La imputó al reincorporarse tras una baja, contradiciendo la resolución de su antecesora.
El juez se presenta en Twitter como escritor, además de magistrado y profesor. Y es activo en la red social e introduce reflexiones sobre el poder y la corrupción recurriendo a las metáforas o a la adjetivación: “Todos sabemos qué oferta aceptamos, qué confort nos seduce, en qué mediocridad nos mecemos lesionando, perjudicando o descontando a otros”, ha escrito este viernes, el día que se ha conocido que la Fiscalía se ha querellado contra él por prevaricación, retardo malicioso en la administración de justicia y dos delitos contra la libertad individual en el caso Blesa.
También tiene un blog, ‘Cumplimiento preventivo’, en el que habla de blanqueo de capitales y reflexiona sobre esta figura delictiva y los problemas para hallar la prueba.
Al juez Silva le acompaña un historial sancionador y tiene a las puertas un expediente por el que se juega cuatro meses de empleo y una multa de 600 euros por tres faltas graves, pero que no tienen nada que ver con el caso Blesa.
En el plano personal, también le ha acompañado un episodio controvertido. En 2009 fue condenado a pagar 7.115 euros por las rentas que debía a la inmobiliaria que le alquilaba el piso. No acudió a la cita judicial y el proceso acabó con el desahucio por impago. El juez fue desalojado de la vivienda. “En ciertos contextos «la obediencia debida» no basta como coartada. El funcionario debe conocer el alcance de su obrar y contemplar el mapa”, ha escrito en su red social hace solo un día.