La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría ha sido la encargada de salir a la palestra a dar respuesta a la carta de Puigdemont en la que evitaba, de nuevo, aclarar si declaró o no la independencia. Sáenz de Santamaría ha asegurado que el Gobierno lamenta la postura del President de la Generalitat y que, según lo previsto en el requerimiento legal, se activa un segundo plazo hasta las 10.00 del jueves para que el Govern dé marcha atrás.
En una comparecencia ante los medios, la vicepresidenta ha invitado a Puigdemont a que acuda al Congreso de los Diputados para explicar su propuesta de diálogo, una cámara en la que «están representados todos los españoles». Además, ha pedido que los independentistas dejen de «imponer» su voluntad a los ciudadanos catalanes.
Cruce de cartas Rajoy-Puigdemont
Y mientras la vicepresidenta atendía a los medios, Rajoy ha aprovechado para viajar a Galicia donde los incendios forestales han dejado tres muertos. Eso sí, antes de marcharse a su tierra, el presidente del Gobierno ha enviado una carta de respuesta a la de Puigdemont. Una misiva de tres folios en la que avisaba al president de que si se aplica el 155 será «el único responsable de la aplicación de la Constitución».
En este cruce epistolar, Rajoy aseguraba que «aún tiene margen para contestar de forma clara y sencilla» al requerimiento del Gobierno acerca de si la pasada semana declaró o no la independencia. Tras recalcar que se trata de una «aclaración absolutamente necesaria», advierte de que si no apuesta por recuperar la normalidad y lealtad institucional.
En este sentido, señala que el requerimiento es una «oportunidad» para «reconducir el grave deterioro de la convivencia que se vive en Cataluña, para que la Generalitat vuelva a la ley y, a partir de ahí, se recupere la normalidad institucional entre administraciones» . Según recalca, se trata de una «llamada a la claridad política», ya que, el presidente catalán tiene la «obligación» de explicar a los ciudadanos qué ha pasado y si su voluntad es cumplir o no las leyes vigentes.
Tras asegurar que no puede aceptar «en modo alguno la existencia» de lo que Puigdemont denomina «conflicto histórico entre el Estado español y Cataluña», el presidente del Gobierno afirma que no resulta «creíbles» los llamamientos al diálogo en nombre del conjunto de Cataluña cuando él mismo se niega a hablar con una parte importante de esa sociedad a través de sus legítimos representantes en el Parlamento catalán.
La carta del »ni sí ni no»
Esta ha sido la rápida respuesta del Gobierno, que apenas ha tardado un par de horas en contestar a la carta de dos páginas que Puigdemont ha enviado a Mariano Rajoy a primera hora de este lunes.
El presidente de la Generalitat ofrecía un margen de «dos meses» para dialogar y proponía concretar «lo antes posible» una reunión para explorar acuerdos, sin aclarar si ha declarado la independencia de Cataluña.
En la misiva aclara que en todo caso los efectos del «mandato político surgido de las urnas el 1 de octubre» están «suspendidos» porque su «voluntad» es «encontrar la solución y no el enfrentamiento».
«Nuestra intención es recorrer el camino de forma acordada tanto en el tiempo como en las formas. Nuestra propuesta de diálogo es sincera y honesta. Por todo ello, durante los próximos dos meses, nuestro principal objetivo es emplazarle a dialogar y que todas aquellas instituciones y personalidades internacionales, españolas y catalanas que han expresado su voluntad de abrir un camino de negociación tengan la oportunidad de explotarlo», señala dirigéndose a Rajoy.
De esta manera, agrega Puigdemont, «comprobaremos el compromiso, de cada una de las partes, en hallar una solución acordada».