En diciembre, acabadas las fiestas, a muchos españoles les toca despedirse una vez más de su familia y amigos y volver al país al que emigraron. Pertenecen a los millones de jóvenes para los que irse de vacaciones significa volver al hogar, y dejar atrás a los suyos, regresar a casa. De ellos y su marcha obligada habla el documental ´Españoles en el exilio´, de Rubén Hornillos.
Este proyecto relata las historias de los españoles emigrados por falta de oportunidades en España, y nace con la idea de ofrecer un contrapunto a programas como Españoles por el mundo: «en un contexto de crisis y de emigración forzosa, ese programa seguía mostrando narrativas de emigración idílica por espíritu aventurero. La realidad era que mucho de los personajes eran emigrados «por amor» y mantenidos por sus parejas», explica el director.
El detonante que revela la necesidad alzar la voz de los exiliados llega en 2012. Es entonces cuando Hornillos decide hacer el documental, después de ver la agresiva actuación policial en la convocatoria del 25-S, Rodea el Congreso. «Conecté estas imágenes con las actualizaciones de estado de Facebook de mis amigos que decían que se iban del país y dije: «no nos vamos, nos echan, a hostias», recuerda.
Millones de españoles han abandonado el país durante la gran crisis que atravesó España y que para algunos aún no ha terminado. Puesto que no existe un censo oficial de los emigrados las cifras varían y son inciertas, pero se sabe que son suficientes para hablar de una brecha generacional. Todos ellos se marchan buscando una vida laboral mejor y las oportunidades que no encuentran aquí para independizarse, acumular experiencia en su sector o simplemente encontrar un puesto no temporal.
En los cinco años en los que se ha gestado, el documental ha ido cambiando de forma y enfoque y ha acabado siendo más personal y político de lo que su creador esperaba. El director forma parte de aquellos que se marcharon fuera en busca de un futuro más esperanzador: «mi madre es cubana-americana y yo no me había ido a EE.UU. como se iban la mayoría de españoles, me iba a estudiar un máster de Producción en Hollywood. Al salir, me di cuenta de que no era tan «americano» como pensaba. No era tratado como uno más, sino que era percibido como inmigrante y no precisamente como uno europeo, sino latino, pensé que lo justo era que si yo iba a mostrar la vulnerabilidad de las personas a las que entrevistaba, yo también tenía que hacerlo y contar mi historia».
«Un exilio político, no económico»
Existe la falsa creencia de que los jóvenes que han decidido marcharse de España lo han hecho solo buscando una mejora salarial, por ello, ´Españoles en el exilio`incide en el término exilio político, y no exilio económico, se trata de una emigración forzosa. La RAE define el concepto como «expatriación, generalmente por motivos políticos». Ruben Hornillos lo tiene claro: «Sé que no somos exiliados como lo eran los republicanos, pero detrás de nuestra emigración hay una política y además una ideología». «Aquellos con formación están destinados a ejercer sus profesiones en el norte, recibiendo ellos el beneficio de la inversión en educación realizada en el sur. Cuando se habla de «emigración económica» parece que hablemos de un desastre natural en el que no hay responsables, y los hay, con nombres y apellidos».
Una ruptura generacional ¿volverá la «generación perdida»?
Es imposible saber a ciencia cierta cuántos españoles se han visto obligados a abandonar sus hogares para encontrar un trabajo o poder independizarse. Pero los diferentes recuentos revelan que no se trata de una cuestión localizada, sino un problema generacional que tendrá consecuencias trascendentales y ya tiene repercusión en la vida de cada uno de los emigrantes. Estos jóvenes han crecido en un sistema ya agotado y viven su etapa adulta sin expectativas de uno nuevo, por ello se ven sometidos a una eterna adolescencia en la que asumen trabajos temporales, con bajo salario y sin posibilidad de independizarse.
Mientras tanto, la generación que más ha invertido en su formación y que impulsó un proceso de avance político y cultural sin precedentes, cumple la veintena esperando un trabajo, una casa, un proyecto vital y un estatus adulto que nunca llega.
«Para mí un Millennial es aquella persona que se ha hecho adulta durante la crisis. Es decir, aquella persona que en el instituto y en la universidad fue preparada para la prosperidad y que se encontró con la explosión de un sistema económico-social que ya no existe. Es un trauma social que nos define como generación. Con una juventud que estudiaba cada vez más, lo de iniciar una familia cada vez es más algo que se hace a los 30-40 y no a los 20″, asegura Hornillos.
A pesar de que algunos han decidido regresar la estadística oficial dice que se siguen yendo. Además hay que tener en cuenta que solo mide a aquellos que se registran en los consulados. «Lo que yo observo es que España se ha acostumbrado a vivir sin nosotros. Ciertamente hemos ido muy bien para las estadísticas del paro, ya que la disminución del paro en estos años coincide casi a la perfección con las estimaciones de personas que han abandonado el país, que ronda los 2 millones. En 2013, cuando empecé con el proyecto, éramos un problema doloroso para la sociedad española. En 2017-8, no tanto», lamenta.
La vida que les espera fuera
El economista Santiago Niño Becerra asegura en el documental que «que sobres en España no quiere decir que hagas falta en otra parte del mundo». «Esto es duro pero es así», asegura el director. Muchos se preguntan si realmente merecerá la pena abandonar el país y el círculo social por una mejora laboral, incluso si esa mejora llegará realmente. Algunos priman el crecimiento profesional y saben que si vuelven a España tendrán que empezar de cero, estos son los que se quedan fuera. En otros casos se tiene en cuenta la estructura social y la red de apoyo, así como la calidad de vida: «para vivir puteado en Londres, Berlin o Estocolmo, mejor vivir puteado en casa de tus padres con cañas a 1€». «La vida profesional en EE.UU. que he vivido tenía mucho más que ver con la de cualquier inmigrante buscavidas que con la del americano de clase media que hace un posgrado en una escuela de prestigio. Además, me enamoré de una valenciana que vino a Los Ángeles de au pair y que tenía todavía más obstáculos que sortear , añade.
Parece que a los emigrantes españoles no siempre les espera un puesto en su rama formativa o una experiencia profesional acorde a su formación. Muchos trabajan como camareros o limpiadores y se cuestionan si el viaje ha servido de algo. Otros muchos encuentran oportunidades y tienen la certeza de que en España habrían sido imposibles. Volver para ellos no es una opción. «El español se cree que ha salido de la crisis, pero lo que ha hecho ha sido acostumbrarse a ella. Para eso tenemos un don. Hemos aprendido a vivir con frío en las casas».
´Españoles en el exilio´ fue estrenado el 4 de Diciembre en el Festival de Cine y Derechos Humanos de Madrid y tuvo una pequeña gira de presentación por España. «Estamos organizando también proyecciones con distintas asociaciones de españoles en el extranjero. En un plazo de 3-6 meses queremos que esté disponible en alguna plataforma de streaming«. El camino no ha sido fácil ni en cuanto a financiación ni en cuanto a distribución: «Digamos que el único apoyo que he tenido para hacer este proyecto es el de más de 130 personas que han participado en el crowdfunding, que no es poco», recuerda el director, y añade que «en cuanto a la distribución, me enfrento a la aversión que las distribuidoras convencionales le tienen a la política lo importante es que el documental se vea, que en España no se olviden de nosotros y que en el extranjero puedan entender mejor por qué desde 2010 hay tantos de nosotros por ahí«.
Los ámbitos más castigados son el de la ciencia, la comunicación y las letras, pero el exilio forzoso asola a millones de jóvenes que se marchan de España sin saber si podrán volver. Se enfrentan a eufemismos como el de la ministra Fátima Bañez, que culpaba al espíritu aventurero, o al olvido de sus políticos, que prefieren centrar la atención en los catalanes que quieren dejar España obviando a los millones que ya se han ido. Todos forman parte de la llamada «generación perdida», que esconde realmente a una generacón desaprovechada.