En España operan alrededor de 400 empresas de economía colaborativa, lo que le lleva a posicionarse como el país líder de la Unión Europea en sharing economy. Otro de las cifras relevante de este informe es que el 6% de los españoles utilizan las plataformas online de este modelo para ofrecer productos y servicios, un punto por encima de países como Francia, Portugal y Reino Unido.
Esta afirmación se ve reflejada en otras cifras relevantes que se muestran en el informe de Negocios Colaborativos como que un 53% de los españoles está dispuesto a compartir o alquilar bienes personales como el coche, la vivienda o la mascota además de ofrecer sus servicios. Uno de los factores que ha impulsado esta práctica es la crisis económica que acentuó dicho comportamiento y sigue haciéndolo a pesar de la llegada de vientos de mejora.
Con una sociedad dispuesta a participar en un modelo económico compartido, el país, se convierte en una atracción potente para empresas extranjeras y multinacionales. Pero éstas se encuentran con dos problemáticas bien diferenciadas: una con el marco legal y la otra con los sectores a los que hace competencia, principalmente, alojamiento y transporte.
Conflictos en la implementación de empresas colaborativas en España
Así le ocurrió a una de las pioneras en negocios colaborativos: Uber. Ésta empezó a operar en Barcelona en abril del 2014 y 5 meses más tarde en Madrid. Las protestas del sector del taxi proliferaron y, además, se le sumaron las multas de competencia desleal y fue suspendida aquél mismo año. El unicornio americano regresó a la capital hace un año, en marzo de 2016, una vez adaptado el modelo al marco legal. Y, así, actualmente la cifra de vehículos adscritos a la compañía se ha multiplicado por seis en Madrid. En la ciudad condal la batalla con los taxistas sigue en pie, aunque algunas empresas han optado a aliarse a él.
Entre la ida y vuelta de Uber, surgió la oportunidad de Cabify, una startup española competencia directa del gigante americano que optó por seguir el marco legal y obtener licencias VTC. La presencia de ambas empresas en España ha impulsado la duplicación de licencias VTC, superando las 5.200. La Federación Profesional del Taxi en Madrid vió esta maniobra como una provocación, y solicitó. En resumen, en este sector la polémica sigue servida.
Otra de las empresas damnificadas es AirBnB. Tras su llegada en 2012, la startup de alojamiento ha sufrido el rechazo en forma de protestas del sector hotelero, de particulares y de instituciones Síguenos: OBS Business School públicas. En 2014 la empresa era multada en Cataluña con 30.000 euros por comercializar pisos turísticos y dos años más tarde volvía a ser sancionada, esta vez, con 600.000 euros. En Cataluña se ha establecido una caza de arrendatarios de Airbnb mediante denuncias anónimas donde participan dueños de pisos turísticos legales, hoteleros y la administración.
Con una sociedad activa a participar en este modelo pero con instituciones y sectores como el transporte y el alojamiento en contra, los negocios colaborativos han creado Sharing España. Una iniciativa, constituida por 26 empresas, que tiene el objetivo de analizar y divulgar el impacto de la economía colaborativa y los “peer to peer” en el desarrollo socioeconómico, la sostenibilidad y el crecimiento del país.