Agonía. Es lo que soportó el jefe de la Brigada de la Policía Jufdical de San Sebastián, Enrique Nieto Viyella. El 8 de junio de 1995 Enrique salió de us casa en San Sebastián para ir a su trabajo en el Gobierno Civil. Recibió un tiro en la cabeza. En el asesinato del agente del Cuerpo Nacional de Policía Enrique Nieto también participó Francisco Javier García Gaztelu, alias «Txapote», pero el que apretó el gatillo fue Valentín Lasarte.
Tras una agonía de más de 4 meses, Nieto falleció el 9 de octubre de 1995. Tenía 46 años, estaba casado y tenía dos hijas.
Los exámenes periciales demostrarían posteriormente que el arma con la que había sido disparado el casquillo era la misma con la que ETA había asesinado previamente al presidente del Partido Popular de Guipúzcoa, Gregorio Ordóñez, y al sargento de la Policía Municipal Alfonso Morcillo Calero.
En su huida, el terrorista se encaró con un transeúnte que lo observaba y, apuntándole con su pistola le amenazó diciendo «¡tú! ¿qué miras?». Fueron precisamente los clientes del Bar Bizcacha los primeros en atender a Enrique Nieto mientras yacía tendido en el suelo en medio de un gran charco de sangre. Enrique Nieto Viyella había sido objeto de unas cuarenta felicitaciones públicas y le había sido concedida la Medalla al Mérito Policial con distintivo rojo. La policía se alarmó al saber que ETA había sido capaz de dar con su domicilio.