La llegada de nuevas sustancias a España como el shabú o las drogas de los pobres, aquellas de fácil sintetización, todavía no se han consolidado. Bien es cierto que con la actual crisis, el adicto a este tipo de drogas ha crecido en los últimos tiempos pero no ha llegado a tener la importancia en el mercado como el cannabis, la cocaina o la heroina.
El desmantelamineto en solo 24 horas de un alijo de marihuana en Cádiz y de shabú en Madrid ha encendido las alarmas. «En España ha habido varias tentativas a la hora de introducir esta droga en el mercado pero no se ha consolidado. Suele ser gente que consume esta droga de una forma recreativa los fines de semana», asegura el Doctor Amador Calafat, experto en toxicología.
La mayoría de los consumidores de sustancias como las sales de baño, el cristal o el mismo shabú toman esta droga de forma recreativa, es decir, cuando se van de fiesta los fines de semana. «El perfil de los consumidores de las nuevas drogas es el de una persona que se divierte en fin de semana. Son drogas recreativas, utilizadas cuando se va de fiesta. Los datos son pocos para determinar un tipo de perfil psicológico. Hay que estar alerta pero seguimos apegados a las drogas clásicas», recuerda Calafat.
Cannabis: la droga de los jóvenes
En nuestro país sigue habiendo un gran consumo entre los jóvenes de cannabis. En España pueden diferenciarse dos tipos de consumidores de cannabis: los jóvenes, que suelen utilizarlo como una droga más y en un marco de politoxicomanía, y los adultos con una situación familiar y profesional estables, que realizan un consumo más recreativo de la droga. En el caso de los jóvenes, la cannabis suele ser una droga que alternan con el alcohol o con otras sustancias como la heroína y la cocaína, y en los últimos años con las drogas de síntesis o de diseño.
Los adultos suelen tener un consumo más limitado, fuera de los horarios laborales, con una fuerte convicción de la utilidad ansiolítica del producto y con una intensa dependencia psicológica hacia éste. El fenómeno más típico descrito en relación a la cannabis es el del síndrome amotivacional. El consumidor regular experimenta un descenso, casi imperceptible a veces, de su capacidad para desarrollar iniciativas, empezar proyectos, interesarse en sus aficiones, etc. Se trata de cuadros subdepresivos caracterizados por la apatía, la inhibición y un cierto embotamiento afectivo donde la indiferencia predomina sobre la tristeza. «El estudiante que toma cannabis nota efectos negativos en sus estudios», sentecia Calafat.
Heroína: la droga de la clase baja
Pese al boom que parece haber tenido en EEUU y tras la muerte del actor Phipil Seymour Hoffman, el consumo de heroína en España no es mismo que en los años ochenta. «El consumo de heroina ha bajado mucho y no es solo una cuestion marginal en España. El glamour que antes tenía la heroina se ha perdido. A medida que pasa el tiempo los jóvenes vuelven con menos intensidad a las drogas clásicas», recuerda el doctor que asegura que «el uso de la heroína es mas ocasional que otras drogas como la cocaína. Todavía hoy existen en nuestro país 80.000 personas que están tomando metadona, lo que supone «el 80% de los 100.000 adictos a opiáceos» que se calcula que hay en nuestro país.
«Es una droga que produce dependencia física. Cuando la heroína entró en España la clase media fue la gran perjudicada pero hoy en dia el perfil social es más bajo», dice Calafat.
Cocaína: 31 años, trabaja y vive con sus padres
El consumo de cocaína sigue disparado en España -casi el 3,5% de la población entre 15 y 64 años la ha probado alguna vez- a pesar del descenso de tres puntos porcentuales entre los escolares de 14 a 18 años, el primero en trece años. El cocainómano medio español es un joven en la treintena, hombre casi siempre, que vive con sus padres y trabaja en medio de una normalidad sólo aparente.
«Hay gente que toma cocaína diariamente para funcionar de una forma activa dentro de una normalidad. Hay otro consumidor de fin de semana que lo mezcla con alcohol. Y un último perfil, el de policonsumo que aumenta el problema», asevera Calafat.
Metanfetamina: la droga de los pobres
Es una sustancia estimulante muy adictiva que tiene un efecto muy fuerte sobre el sistema nervioso central. Es una metanfetamina. Es una droga ilegal que se usa mucho en los bares, clubes, bathhouses, etc. Usualmente se vende en pequeños sobrecitos transparentes. Su aspecto es de cristalitos que usualmente se pulverizan. El polvo blanco que resulta es muy parecido a la cocaína o a la ketamina (también conocida como Special K).
El consumidor de metanfetaminas siente una estimulación rápida e impetuosa y los efectos incluyen un incremento de la actividad, la disminución del apetito y una euforia que dura de seis a ocho horas. La metanfeta es una clase de anfetamina más potente, se puede fumar, ingerir, inhalar, inyectar, e introducirse analmente .