Los certificados de profesionalidad estaban llamados a facilitar el acceso al empleo a través de la formación y el reciclaje de los profesionales en el propio puesto de trabajo, pero no parecen haber terminado de despegar aún en nuestro país. En parte por el desconocimiento de este instrumento por parte de los trabajadores españoles. En parte también, por la complejidad y carga burocrática que suponen para las empresas, según han expuesto en numerosas ocasiones los responsables de recursos humanos.
También han contribuido a esta escasa difusión los cambios normativos que en la materia han llevado a cabo los sucesivos gobiernos, la disparidad de criterios de acreditación por parte de las distintas comunidades autónomas, la excesiva duración en algunas ocasiones de los programas de formación para obtenerlos (entre 170 horas el más corto y 900 horas el más largo), la exigencia hasta fechas recientes de impartir estos cursos íntegramente en modalidad presencial y la carencia de contenidos de calidad y adaptados a las necesidades de las empresas.
La reciente aprobación de su impartición en modalidad mixta (combinando formación presencial y online), la puesta en marcha de un nuevo sistema de homologación de los centros formativos acreditados para impartir los cursos para conseguir los certificados, la financiación de la formación mediante bonificaciones de las cotizaciones a la Seguridad Social, su vinculación con el empleo mediante contratos como el de formación y aprendizaje y la revitalización de los Permisos Individuales de Formación (PIF) pueden contribuir al desarrollo de estos certificados, en opinión de los expertos de Adecco Training, la división de formación del grupo de recursos humanos Adecco, que creen que estos certificados de profesionalidad cobrarán un mayor protagonismo en nuestro mercado laboral.
Qué son
Estos certificados son el instrumento para acreditar de oficial una cualificación profesional recogida en el Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales. Éstos acreditan la capacitación para el desarrollo de una actividad laboral con significación para el empleo, una ocupación, y aseguran la formación necesaria para ello.
Son títulos oficiales, emitidos por las administraciones laborales (el Servicio Público de Empleo Estatal, SEPE, o los distintos servicios autonómicos de empleo) y equivalen a los títulos de Formación Profesional (FP) otorgados por el Ministerio de Educación.
Para qué sirven
El repertorio de certificados de profesionalidad tiene como objetivo facilitar la adecuación de la formación a los requerimientos del ámbito productivo; promover la integración y la calidad de las ofertas de formación profesional; facilitar la cualificación a lo largo de toda la vida profesional mediante la acreditación y acumulación de aprendizajes adquiridos en diferentes ámbitos; y mejorar la transparencia y unidad del mercado laboral, y por tanto la movilidad de los trabajadores.
Y es que España cuenta con una proporción más grande que los países del entorno de personas sin cualificación o con baja cualificación (no hay que olvidar la altísima tasa de abandono escolar del 25%, muy por encima de la media de los países de la OCDE). Sin embargo, el porcentaje de trabajadores con cualificación de nivel medio relacionada con los oficios y la Formación Profesional es menor que el de profesionales con estudios de educación superior.
Los certificados de profesionalidad fueron concebidos como una útil herramienta de acceso al mercado laboral porque se pueden obtener a través de la formación continua en el ámbito del trabajo y de la experiencia, reconocida por un tribunal académico. Por tanto, en teoría serían idóneos para cualificar o reciclar a trabajadores que abandonaron el sistema educativo de forma temprana o nunca llegaron a él.
Por este motivo, los certificados de profesionalidad son un referente en los contratos para la formación y el aprendizaje, así como en el sistema de formación profesional continua de los trabajadores gestionado por las administraciones y los agentes sociales.
Las familias profesionales
El Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales incluye las cualificaciones profesionales más significativas del sistema productivo español, organizadas en familias profesionales y en niveles. Las familias que se han desarrollado hasta la fecha son:
· Actividades físicas y deportivas
· Administración y gestión
· Agraria
· Artes gráficas
· Artes y artesanías
· Comercio y marketing
· Edificación y obra civil
· Electricidad y electrónica
· Energía y agua
· Fabricación mecánica
· Hostelería y turismo
· Imagen personal
· Imagen y sonido
· Industrias alimentarias
· Industrias extractivas
· Informática y comunicaciones
· Instalación y mantenimiento
· Madera, mueble y corcho
· Marítimo pesquera
· Química
· Sanidad
· Seguridad y medio ambiente
· Servicios socioculturales y a la comunidad
· Textil, confección y piel
· Transporte y mantenimiento de vehículos
· Vidrio y cerámica