La Agencia Estatal de Meteorología advierte: «¡van a sudar!». La expresión se refiere a la que hoy será la zona con temperaturas más altas de España, la del entorno de Montoro (Córdoba), pero se puede aplicar a más de la mitad de la Península.
La »zona cero» del calor será la que comprende Montoro, Adamuz, Villar del Río, Córdoba capital y, por el sur de la misma, hasta Écija. En esta zona, AEMET advierte de que «las temperaturas serán significativamente altas» y que «está activada la alerta amarilla en la campiña cordobesa».
Así que, en esa campiña cordobesa, se lo toman con resignación. Desde el Consistorio de Montoro no han hecho recomendaciones especiales y dicen que «aquí la gente ya sabe convivir con esto. Es duro, pero no es nada especial para nosotros». Aún así, creen que para salir a la calle en las horas centrales del día hay que «echarle huevos».
El Ayuntamiento, gobernado por el PSOE (con siete concejales, tres de IU y tres del PP) puede alardear de regir uno de los pueblos más hermosos de Andalucía (y probablemente de España) bañado por el Guadalquivir y con una joya arquitectónica como es el puente construído en 1498. Además, el pueblo, que se levanta sobre una colina rodeada de olivos, muestra una preciosa estampa de casitas blancas.
Y la verdad es que la expresión se amolda a la actitud que habrá que tener para disfrutar a partir de estas fechas de esta maravillosa zona andaluza. Las previsiones dicen que el fin de semana será similar y, como es habitual, en los próximos meses las temperaturas seguirán siendo muy altas.
Pero ya se lo saben. Andrés, el panadero de Villar del Río (junto a Montoro) asegura que «no queda más remedio que ponerse las pilas y tirar pa» alante». Andrés lo compara con la situación y bromea con que «si ya nos hemos acostumbrado a apretarnos el cinturón, pues ahora todavía más». Y aunque Dios aprieta pero no ahoga, el panadero advierte de que «cualquiera que tenga el valor de salir a la calle entre las 12:00 y las 20:00 horas ¡corre serio riesgo de peligro de extinción!».
Además, Andrés reconoce que descansar por la noche no es fácil porque «no corre ni una brizna de viento. ¡E Imagínate yo! que trabajo desde las 3 de la mañana y tengo que dormir durante el día».
En la zona le aplican filosofía a la ola de calor y se consuelan con que «otros años a estas alturas llevábamos tres semanas así. Ahora sólo llevamos unos días duros así que nos hemos ahorrado una parte del calvario».