Comienza la temporada de exámenes, y en las aulas de la Facultat de Medicina de la Universitat de Valencia los alumnos que trabajan han decidido acabar con la práctica de los que copian en los exámenes, por lo que han pedido el uso de inhibidores de frecuencia. El objetivo es frenar a los que sacan adelante los exámenes utilizando aparatos electrónicos.
Al parecer, la Unión de Estudiantes de Enseñanzas Medias y Superiores (UEMS) presentó la semana pasada por una queja formal por el uso sistemático del pinganillo que llevan a cabo alrededor de 25 alumnos para copiar en las pruebas académicas. El decano de la Facultat, Federico Pallardó, asegura que se trata de una red organizada que se ofrece a utilizar este método a cambio de contraprestaciones económicas o favores.
Por este motivo, a finales del pasado mes de noviembre se adquirieron dos inhibidores de frecuencia a un precio de 5.000 euros cada uno, que se colocarán en las aulas grandes que son más difíciles de controlar por los examinadores. Además, la cobertura es bastante amplia, son móviles y únicamente se conectarán durante el tiempo que dure el examen. De este modo una vez finalizado se apagará y los alumnos podrán seguir utilizando sus móviles y la conexión wifi.
En las puertas de las aulas ya se han colocado carteles para avisar de la presencia de inhibidores y así evitar efectos secundarios en personas con marcapasos. LOs inhibidores que se usan son portátiles para evitar la queja de los que temen quedar incomunicados en caso de emergencia.
León, Zaragoza, Burgos y Gijón ya lo usan
Las chuletas se van a acabar o eso es lo que pretende la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón, que se ha gastado 6.000 euros en inhibidores. El uso de las nuevas tecnologías por parte de los alumnos para copiar en los exámenes está a la orden del día y en el campus gijonés han decidido atajar esta situación cuanto antes mediante la instalación de inhibidores de frecuencias para evitar que los alumnos tienten a la suerte.
La Universidad de León y la de Zaragoza tampoco se quieren quedar atrás y ya han instalado sus inhibidores. En la universidad leonesa estarán instalados en las aulas de Ingenierías Industrial e Informática de la Universidad de León.
Indra ha sido la empresa responsable de instalar estos inhibidores. Se trata de «tres anuladores de frecuencia que impedirán que la señal exterior de los móviles alcance las aulas». En Zaragoza, la primera facultad en probarlos será la de Derecho, donde se habían recibido quejas por parte de estudiantes.
En Derecho, en Sevilla, pidieron ayuda al Decano
A finales de 2011,la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla solicitó la instalación en su sede de inhibidores de frecuencia para evitar que los estudiantes copien durante los exámenes usando medios electrónicos.
La medida recibió un impulso definitivo despúes de que un grupo de alumnos de tercer curso de Derecho en la Universidad Hispalense enviara una carta de protesta al decano de la Facultad para denunciar «el abuso que se comete por parte de numerosos compañeros que defraudan al sistema universitario copiando en absolutamente todo tipo de exámenes».
[Lea el comunicado de denuncia de los alumnos]
Ya se usan programas para los ‘plagiadores’ Además de en los exámenes, los amigos de estudiar poco suelen buscar tambien mil excusas para presentar trabajos sin hacerlos. Desde los que directamente los copian a sus amigos, a los que los descargan de Internet, muchos alumnos presentan supuestos análisis, resúmenes, y toda índole de trabajos en las diferentes asignaturas a los que no han dedicado ni un minuto.
Para cazar a estos tramposos está la astucia del profesorado, pero también existen métodos más científicos, como los softwares comparativos creados al efecto.
Es el caso de Turnitin, una aplicación que examina documentos de texto y detecta si contiene partes que han sido copiadas de trabajos previos y fuentes en Internet como Wikipedia. Otra de las opciones conocidas es la web de Plagium, que realiza el mismo cometido de manera online.