En un comunicado, CC.OO manifiesta su «rechazo frontal» y cuestiona la realización de las pruebas, cuyo de desarrollo y contenido se encuentra en un borrador de real decreto, que será debatido próximamente con las comunidades autónomas en el seno de la Conferencia Sectorial de Educación, así como en el Consejo Escolar del Estado, en el que están representados docentes, padres y alumnos.
Para FE-CC.OO, el Ministerio de Educación, con el diseño de estas evaluaciones, va a ejercer un «fuerte control» sobre los contenidos, lo que dará lugar a un sistema educativo «regido por la homogeneidad» y en el que «no existirá el mínimo espacio para abordar la diversidad del estudiantado».
En cuanto a las pruebas de ESO y Bachillerato, que van a constar de un máximo de 350 preguntas tipo test, CC.OO advierte de la dificultad que esto va a suponer para los alumnos con problemas de aprendizaje, al tiempo que sostiene que los test son «deficientes» para evaluar determinadas competencias.
En la misma línea, el secretario general de FETE-UGT, Carlos López Cortiñas, ha denunciado, en declaraciones a Europa Press, que haya «cribas» para el alumnado, y «menos» para el de la enseñanza obligatoria. Asimismo, ha tachado las evaluaciones de «contraproducentes» porque el aprendizaje es un «proceso» y, con estas pruebas «deja se serlo».
A su juicio, con las evaluaciones de diagnóstico realizadas hasta ahora, el profesorado contaba con la suficiente información para poner solución a los problemas detectados. A su juicio, la publicidad de los resultados de las nuevas «reválidas» sólo tienen por objeto el establecimiento de «ránkigs de colegios».
Para López Cortiñas, el Ministerio de Educación no tiene en cuenta las «muchas» variables que inciden en los resultados de los alumnos, como las dificultades de aprendizaje o la situación familiar, entre otras. «Es una nota fría», ha aseverado.