El acuerdo que han alcanzado esta madrugada 23 de los 27 miembros de la Unión Europea para una mayor integración económica reforzará el euro a medio y largo plazo, aunque habrá que ver cómo se ejecutan las decisiones y comprobar si los países son obedientes y cumplen con la disciplina fiscal. Esta es la tesis que defiende Gonzalo Gómez Bengoechea, profesor e investigador del IESE, que destaca que el pacto sienta las bases para una unión fiscal y el control presupuestario y esto, en su opinión, “dará estabilidad al euro”. Pero ahora toca “leer la letra pequeña” de ese acuerdo y esperar a cómo se ejecutará la reforma.
El experto sostiene que “con este paso adelante en la integración de Europa” se da un mensaje positivo a los mercados, y sobre el papel que debe jugar el Banco Central Europeo, considera que primero son los países los que deben dar el ejemplo, y comprometerse a resolver sus problemas de déficit. “El BCE está a la expectativa, porque si compra deuda sin que los países hagan lo que deben, no lograríamos el mensaje de fortaleza. Es decir, primero los estados deben resolver sus problemas, hacer las reformas adecuadas, y después el BCE intervendrá”.
Valetin Pich, presidente del Colegio de Economistas, se muestra más escéptico sobre el alcance de la reforma de UE y su papel de escudo del euro, pero considera positivo que “por primera vez se han explicitado las debilidades políticas de Europa y lo complicado que es tomar decisiones”. A su juicio, el que se hayan puesto de relieve “las miserias de la unión” resulta un acicate para trabajar y lograr “cosas factibles”. “El asunto de la integración fiscal es complicado, tiene muchos matices. Por eso, habrá que ver con perspectiva cómo se llevan a cabo las decisiones de la cumbre”.