Ya son veintidós las semanas consecutivas que el BCE interviene en los mercados secundarios desde que en el mes de mayo el Banco Central Europeo reactivo las compras de deuda pública de países de la zona euro.
Unas operaciones que se aprobaron en mayo de 2010 para aliviar las primas de riesgo de los países aquejados por la crisis de la deuda: Grecia, Irlanda y Portugal, primero; y Italia y España, ahora.
Al contrario que la Reserva federal de Estados Unidos, ó el Banco de Inglaterra, el BCE no puede, debido a sus estatutos, comprar deuda en el mercado primario.
Desde mayo de 2010, las compras de la entidad europea ascienden a 213.000 millones de euros. Desde que se iniciaron las operaciones de compra, cada semana, el Banco Central Europeo informa sobre la cantidad que se ha invertido en la compra de deuda aunque nunca detalla qué partidas dedica a cada país.
Un informe publicado por Barclays Capital el pasado 6 de enero ha realizado las estimaciones sobre cuánto ha dedicado la institución con sede en Frankfurt a cada uno de los países »en apuros». El informe llega a la conclusión que la institución dirigida por Mario Draghi habría invertido 46.000 (el 22% del gasto) en la compra de bonos españoles. Según estos cálculos se habrían invertido 96.000 euros en deuda italiana (el 43% del gasto), 36.000 millones en deuda griega (17%), 20.000 millones en bonos portugueses (10%) y 19.000 millones en deuda irlandesa (9%).
Entre agosto y diciembre de 2011, el Tesoro Público español emitió deuda por un importe de 66.000 millones de euros.
Pérdidas y ganancias
El estudio de Barclays también estima que según la valoración de la deuda comprada, el BCE registraría pérdidas de más de 30.000 millones de euros.
Gran parte del déficit se debería a la deuda griega (entre 20.000 y 25.000 millones). En el caso de España, el estudio no cifra pérdidas sino una rentabilidad de cerca de 1.000 millones para el BCE.
El BCE celebrará este martes una operación de drenaje de liquidez para neutralizar el impacto en los mercados de estas compras, para lo que ofrecerá depósitos a una semana al 1% a las entidades de la eurozona.
El programa de compras es controvertido y polémica entre los socios de la eurozona. Desde Alemania, nunca se ha visto con buenos ojos al estimar que el BCE se »excedía» de sus obligaciones; mientras que los países afectados por la crisis de la deuda, España incluída, siempre han demandado mayores compras e incluso abogaron por una reforma de estatutos para comprar en el mercado primario.
El estudio del BCE también asegura que las compras seguirán siendo necesarias, y se realizaran, teniendo el BCE un amplio margen para realizarlas.