Fondo Monetario Internacional
Consulta del Artículo IV de 2014 con España
Declaración Final de la Misión
Madrid, 27 de mayo de 2014
La economía española ha dado un giro. La recuperación comenzó en el segundo semestre
de 2013 y ha cobrado fuerza en el primer trimestre de este año, registrando la economía los
mayores crecimientos desde el año 2008. Gracias a la fortaleza de las exportaciones y la
notable mejora en las condiciones de los mercados financieros, la confianza se ha recuperado
y está favoreciendo el aumento del consumo privado y de la inversión empresarial. Lo que es
más importante, se aprecian mejoras en el mercado de trabajo. Anticipamos que la
recuperación continuará en el medio plazo.
Esta recuperación refleja los esfuerzos colectivos de la sociedad española. En particular,
las medidas decisivas de política económica adoptadas están empezando a dar sus frutos:
Las difíciles decisiones sobre el gasto, los impuestos y las pensiones, han fortalecido
el sistema presupuestario y de pensiones, ayudando a proteger el estado de bienestar
en España de cara al futuro.
Al obligar a los bancos débiles a reparar sus balances, el programa del sector
financiero, que ha sido completado con éxito, está apoyando la recuperación mediante
la mejora de las condiciones de crédito.
Estas medidas presupuestarias y del sector financiero, junto con los esfuerzos
cruciales realizados a nivel europeo, han ayudado a reducir los costes de financiación
del gobierno a niveles históricamente bajos, catalizando la recuperación.
La reforma laboral y la moderación salarial están ayudando a transformar la
destrucción de empleo en creación de empleo. En comparación con el año anterior, el
desempleo se redujo en el primer trimestre de 2014 y el empleo aumentó en abril, en
términos interanuales, en cerca de 200.000 afiliaciones a la seguridad social.
Estos esfuerzos colectivos han mejorado sustancialmente las perspectivas de creación
de puestos de trabajo y de mejora de las condiciones de vida. Sin estos esfuerzos la
recesión podría haber continuado y el desempleo seguir en aumento.
Sin embargo, los españoles siguen sufriendo el legado de la crisis económica. Lo más
relevante, 5,9 millones de personas están desempleadas y más de la mitad de ellos llevan en
esa situación más de un año. Como consecuencia, la renta media de los hogares continúa por
debajo de los niveles anteriores a la crisis. Los hogares, las empresas y el gobierno todavía se
enfrentan a una elevada carga de deuda. 2
Es por ello que todos estos esfuerzos deben continuar para garantizar que la
recuperación sea fuerte y duradera. La recuperación también tiene que ser inclusiva para
que los desempleados puedan beneficiarse de más oportunidades de empleo. Sugerimos
cuatro áreas prioritarias de acción.
1. Ayudar a las empresas a crecer, contratar e invertir.
Las empresas han sufrido una constante presión para reducir costes, incluyendo recortes de
plantilla. El necesario proceso de reducción de la deuda empresarial podría ayudar a crecer y
a crear empleo si dicho proceso es apoyado por los acreedores, reestructurando el exceso de
deuda de empresas operacionalmente viables. Todas las partes implicadas en estos procesos
pueden ganar si se mitiga esta fuente de presión financiera para las empresas y se favorece su
crecimiento. La experiencia internacional sugiere que una estrategia holística, catalizada por
el sector público pero que incluya a todos las partes interesadas, puede acelerar el proceso sin
menoscabar la cultura de pago. Por ejemplo, los bancos podrían acordar un código de
conducta voluntario, similar al de las personas físicas, que ofreciera a las pymes altamente
endeudadas pero viables operacionalmente, un menú de opciones estandarizadas de
reestructuración. Dado el amplio interés público en liberar el potencial de crecimiento de
dichas empresas, el gobierno debería participar también, por ejemplo, permitiendo que las
deudas tributarias y ante la seguridad social sean reestructuradas a niveles sostenibles si otros
acreedores hacen lo mismo, sin dañar el cumplimiento de las obligaciones fiscales.
La reducción de la deuda también debería facilitarse reforzando aún más el marco de
insolvencias, partiendo de las mejoras recientes al mismo, con un énfasis especial en ayudar a
las pymes, incluyendo empresarios individuales. En este sentido, se podría considerar
introducir un marco de insolvencia personal que permitiera a los deudores insolventes un
“fresh-start” después de haber entregado sus activos embargables y tras un periodo
considerable de esfuerzo de buena fe para hacer frente a sus deudas pendientes.La
experiencia en otros países europeos ha mostrado que un marco así puede diseñarse para que
también sea de interés para el sector financiero y preserve la fuerte cultura de pago española.
Deben continuar también los esfuerzos que permitan reforzar la capacidad de los bancos para
apoyar a la economía. El sistema bancario es ahora más fuerte y seguro y las condiciones
financieras están comenzando a suavizarse, si bien el crédito sigue contrayéndose más rápido
de lo deseado y esto dificulta la recuperación. En gran medida, esto se debe a la falta de
demanda solvente de las empresas, lo cual podría verse favorecido por medidas que fomenten
la reestructuración (como se indica arriba). Sin embargo, pese a los progresos recientes, esta
coyuntura responde, en buena medida, a que los bancos han incrementado sus ratios de
capital contrayendo el crédito más que incrementando el capital. Por lo tanto, para apoyar la
recuperación, los bancos deberían continuar aumentando sus niveles de capital, entre otras
medidas limitando los dividendos en efectivo y los bonus, así como reduciendo costes. 3
2. Reducir las barreras regulatorias para impulsar el empleo y el crecimiento.
La reducción de barreras regulatorias que constriñen la actividad de las empresas en España
contribuiría a mejorar su eficiencia y aumentar el empleo. Esto, junto con la moderación
salarial, ayudaría a asegurar que la recuperación se traduce en creación de empleo para los
desempleados, más seguridad laboral para los empleados y menores costes de vida. Estas
acciones reforzarían también la competitividad, permitiendo con ello que continúe la notable
mejoría del comercio exterior español, siendo esto crucial para que la recuperación sea
duradera.
Esto requiere múltiples acciones específicas en diversos frentes. Resulta particularmente
relevante la aplicación de la Ley de Unidad de Mercado, que busca eliminar las barreras que
dificultan la creación de empresas y su actividad en las distintas Comunidades Autónomas.
Por ejemplo, unas 2.700 barreras regulatorias han sido identificadas, la mayoría a nivel
autonómico, y todos los niveles de gobierno deben asegurar su pronta eliminación. Es
igualmente importante suprimir barreras regulatorias en los servicios profesionales y se debe
remitir al Parlamento, sin más dilación, un texto legal ambicioso para su aprobación sin
otorgar un trato especial a los intereses creados.
Esfuerzos adicionales en el mercado de trabajo español favorecerían que éste fuera más
dinámico e inclusivo. Son necesarias actuaciones adicionales, especialmente por parte de los
gobiernos autonómicos, para ayudar a los desempleados a mejorar sus capacidades laborales
y encontrar trabajo mediante la implementación de planes para extender el uso de las
agencias de colocación de empleo privadas, la mejora de los servicios de formación,
abriéndolos a la competencia, y el establecimiento de un portal único de ofertas de empleo
para toda España. Mejorar el equilibrio entre los contratos indefinidos con elevada protección
y los contratos temporales precarios aumentaría la contratación indefinida y con ello se
animaría a las empresas a invertir más en sus trabajadores. Mejorar la capacidad de las
empresas individuales para adaptar la remuneración de los trabajadores a sus condiciones
específicas permitiría alinear mejor la productividad a los salarios y ayudaría a las empresas
en dificultades. Estos cambios ayudarían a asegurar que futuras crisis se traduzcan en menor
destrucción de empleo. 4
3. Continuar con una consolidación fiscal que favorezca el crecimiento y el empleo
España ha progresado mucho en la reducción del déficit en los últimos dos años en un
entorno muy complicado. No obstante, el déficit sigue siendo muy elevado y la deuda, ya por
encima de la media de la zona euro, se acerca rápidamente al 100% del PIB. Conseguir
revertir la senda de la deuda es crucial para asegurar que la recuperación sea duradera y ello
exigirá nuevos esfuerzos de reducción del déficit. Estos esfuerzos tienen que ser graduales y
estar bien diseñados para minimizar su impacto negativo en el crecimiento y el empleo. En
particular, la próxima reforma fiscal es una oportunidad fundamental para conseguir tres
objetivos clave:
Proteger los servicios públicos para las generaciones actuales y futuras exige que los
ingresos aumenten. En particular, hay margen para aumentar los ingresos de la
tributación indirecta. Aumentar los impuestos especiales, los impuestos
medioambientales y reducir gradualmente el tratamiento preferencial en el IVA
permitiría alinear el esfuerzo recaudador de España con el de otros socios europeos.
Esto tiene que venir acompañado de medidas claramente identificadas para proteger a
los más vulnerables.
Ayudar a crear empleo para los trabajadores poco cualificados. Esto podría hacerse
incentivando a las empresas a emplear a trabajadores poco cualificados reduciendo
sus correspondientes contribuciones a la seguridad social. Para proteger el sistema de
seguridad social, el coste se cubriría con transferencias del gobierno central.
Promover el crecimiento inclusivo. La base de los impuestos sobre la renta debe
ampliarse reduciendo exenciones y regímenes especiales. Hay margen para reducir
gradualmente el tipo del impuesto de sociedades para fomentar el crecimiento
(aunque no hasta el 20%, que está por debajo de la media de la UE). Sin embargo,
dada la necesidad de mantener el nivel de ingresos públicos y preservar la
progresividad, hay menor margen para reducir significativamente los tipos máximos
del IRPF.
4. Más apoyo de Europa
El impulso de políticas económicas más decididas por parte de los socios europeos ayudaría a
la recuperación tanto en la zona euro como en España; en particular aquellas que favorezcan
una reducción de los costes de financiación de las empresas y familias españolas y un
aumento de la demanda de las exportaciones españolas. El personal del FMI ha recomendado
una mayor flexibilización monetaria por parte del BCE para lograr su objetivo de estabilidad
de precios y para apoyar la demanda, al mismo tiempo que se reduce la fragmentación
financiera. Asimismo, ha instado a avanzar hacia una unión bancaria más ambiciosa.