El primer ministro italiano, Matteo Renzi, aseguró hoy que no cambiará la «sustancia» del borrador presupuestario para 2017, pese a que no cumple las exigencias de Bruselas, y opinó que los países que merecen la apertura de un expediente son aquellos que no cumplen en materia de inmigración.
Renzi afirmó que no está pidiendo que se le aplique una «flexibilidad» dentro de la disciplina fiscal europea, sino que espera que no se tomen en consideración los fondos destinados por Italia a la gestión de la inmigración y a las actuaciones relacionadas con el terremoto sufrido en el centro del país, en torno a Amatrice, en agosto pasado y que causó unos 300 muertos.
«Estamos procediendo sobre un camino difícil, centrados en conseguir crecimiento, pero respetando las reglas, no las estamos cuestionando, no es así, estamos respetándolas y diciendo que hay cláusulas de excepción», dijo en rueda de prensa al término de la cumbre europea celebrada en Bruselas.
El presupuesto que el Gobierno italiano ha presentado a la Comisión Europea incluye un objetivo fijado de déficit del 2,3 % del PIB, aunque Bruselas mantiene la presión sobre Roma para que haga mayores esfuerzos destinados a consolidar sus finanzas públicas.
«De esperar un procedimiento de infracción, me lo esperaría contra los países que no hacen lo suyo en inmigración», indicó el político italiano, quien reiteró las críticas a sus socios comunitarios por su falta de acción a la hora de gestionar de manera conjunta los flujos de inmigrantes y refugiados.
«Nos guste o no, si hay un procedimiento de infracción, tiene que ser abierto a aquellos países que no están respetando las decisiones del Consejo de septiembre de 2015. Nosotros hemos hecho nuestra parte», defendió.
Por ello, consideró que es «lógico» que el dinero que las autoridades italianas destinan a rescatar a inmigrantes en el Mediterráneo no se tenga en cuenta a la hora de aplicar las normas fiscales del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) europeo, que contiene unas cláusulas de excepción cuya aplicación en este caso «es evidente y justificada».
«Nosotros queremos cambiar las reglas, pero, mientras no se cambien, las respetamos. El modelo de austeridad de Europa no ha funcionado», insistió.
Renzi recordó también que el déficit de Francia se encuentra sobre el tope del 3 % del PIB marcado por las reglas de disciplina fiscal y que el español supera el 5 %, «solo para que quede claro», mientras que el italiano sigue en torno al 2 %.
Señaló que el presupuesto alemán «presenta muchos problemas», ya que tiene un alto superávit comercial superior, por lo que consideró que Berlín debería hacer más por invertir, lo que, apuntó, beneficiaría a la economía europea.
Recalcó que Italia y Alemania mantienen «muy buenas relaciones», pese a que mantienen muchas discrepancias en diversos frentes, aunque añadió que no se puede esperar que su país venga a Bruselas a que le digan «qué tiene que hacer o decir».