El programa de compras de deuda del Banco Central Europeo (BCE) arranca ya. La región se adentra en territorio desconocido, en una zona inexplorada que trata de reactivar la deprimida economía europea y de levantar los precios alejando el fantasma de la tan temido deflación. Mario Draghi va a poner sobre la mesa 60.000 millones de euros mensuales.
Antes de empezar, el QE del BCE anunciado el pasado 22 de enero ya ha provocado un cambio radical de expectativas para la Eurozona. El Ibex 35 sube alrededor del 8% desde entonces, la prima de riesgo se ha desplomado por debajo de los 100 puntos básicos y la rentabilidad de los bonos no ha dejado de bajar y ya permite a España financiarse gratis en los plazos más cortos.
La gran pregunta es hasta qué punto están ya descontadas las medidas en los mercados. Es decir, si a las bolsas y a los precios de los bonos aún les queda recorrido alcista. Y, fuera de las meses de contratación, toca verificar si las medidas servirán para reactivar el crédito de Europa y potenciar el crecimiento de la región, que apenas avanzó un 0,3% en el último trimestre del año pasado.
Los tres QE que necesitó Estados Unidos para poner la primera economía del mundo a velocidad de crucero demuestran la dificultad del reto. Con las dudas sobre los plazos necesarios para que las medidas sean efectivas, estos son los principales impactos del QE.
Bonos. La foto fija de las rentabilidades de los bonos en la zona euro dice que un buen puñado de países se está financiando ya gratis a pesar de que, a priori, las situación de sus economías no lo justifica. Ahí esta el caso de Italia, que aunque sigue luchando por dejar atrás la recesión, la semana pasada colocó letras a seis meses a coste cero. En plena recuperación ya, España repetía hazaña a un plazo más corto de tres meses por primera vez en la historia. Dicho de otra forma, el QE del BCE se ha convertido en un regalo impagable para las economías del sur de Europa, cuyos costes de financiación se han desplomado hasta límites insospechados.
Los analistas creen que el movimiento bajista de las rentabilidades de los bonos va a continuar, porque las medidas del BCE no están descontadas totalmente y porque el mercado de renta fija europeo no es especialmente líquido. El gran volumen de las compras puede seguir tirando al alza de los precios.
Bolsa. Los mercados de valores han empezado el año a todo trapo, con subidas que en algunas de las principales plazas europeas superan claramente el 10%. España, que está pagando la incertidumbre política, se ha quedado algo rezagada. Los expertos creen que la subida continuará en los próximos meses, a un ritmo que dependerá del éxito de las medidas del BCE.
Los analistas apuestan porque la renta variable será la gran beneficiada de la caída de la rentabilidad de los bonos, que están marcando niveles mínimos incluso en aquellos países en los que las grandes cifras macro son todavía muy frágiles.
“Una vez que las rentabilidades de los bonos se reduzcan lo suficiente será lógico realizar algunos beneficios y buscar otros activos con mejores expectativas. Es a partir de ese momento cuando las bolsas aumentarán (más) su atractivo, especialmente aquellas compañías con rentabilidades por dividendo lo suficientemente atractivas… algunos nombres podrían ser: Endesa , Iberdrola, Enagás, REE, BME, Mapfre, Caixabank, BBVA, Ferrovial, Abertis, Técnicas Reunidas y Allianz», aseguran los analistas de Bankinter.
Crédito. Que el crédito vuelva a fluir por las venas del sistema es unos de los grandes objetivos de las medidas del BCE. Draghi asegura que el anuncio de las compras de al menos 1,14 millones de euros ya están impactando sobre la economía y asegura que «ya hemos visto algunos efectos positivos de nuestras medidas”. A la extraordinaria rebaja del coste de financiación de los Estados se suman también los particulares y las empresas.
Draghi se ha puesto una primera medalla asegurando que el crecimiento de la financiación al sector privado arrojó saldos positivos en diciembre por primera vez desde mediados de 2012. Y ha recordado que la encuesta de concesión de crédito que elabora el propio BCE ha dado en enero lo que ha calificado como “señales positivas”.
Divisas. La ofensiva del BCE está teniendo un brutal impacto sobre el euro. La moneda única ha caído hasta los niveles más bajos de los doce últimos años respecto al dólar. Los analistas creen que llegar a la paridad con el billete verde es sólo una cuestión de tiempo.