La OPEP decidió el jueves en Viena mantener su techo de producción sin cambios, pese a la caída de los precios del crudo a su nivel más bajo desde agosto de 2010, lo que ha provocado tensiones en el cartel.
Arabia Saudí, el mayor productor mundial de crudo, ha vencido en esta reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo. Los intentos de Venezuela y otros países, por incrementar la producción han quedado en nada. Con un aumento de producción habrían frenado la caída de más de un 30% que registra el petróleo desde junio.
«No hay recorte» de la producción, anunció el ministro de Kuwait, Ali Saleh Al Omair, confirmó salir de una reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo.
Arabia Saudí, tiene margen presupuestario para aguantar el descensos y prefiere mantener su cuota de barriles, para reconquistar mercados. El presidente de la Confederación Española de Estaciones de Servicio, Javier Bru, ha explicado que «estas bajadas pretenden dejar fuera del mercado a las extracciones más problemáticas y costosas, como el fracking o gas esquisto«.
Tras conocerse la noticia, la cotización ha descendido de nuevo. El precio del barril de Brent (la referencia en Europa) llegaba a caer hasta los 74,36 dólares, su mejor nivel desde principios de septiembre de 2010, desde los 77,40 de la apertura.
El descenso tiene un impacto económico y deja una serie de beneficiarios y perjudicados.
1) Consumidores en el mercado minorista. Desde Facua a Adicae, las organizaciones de consumidores denuncian que el descenso en las gasolineras no es equivalente al del mercado mayorista. Aunque no sea un descenso paralelo al del barril de Brent, el precio medio de los carburantes, desciende. La gasolina registra hoy precios mínimos de 2011.
2) España, el resto de países importadores de petróleo y la economía mundial. El ahorro, si se mantiene la bajada podría ser de entre 8.000 y 15.000 millones de euros. También China disminuirá su factura. Siendo el segundo importador neto de petróleo, The Economist, calcula que podría ahorrar hasta 60.000 millones.
La revista asegura que si el descenso del barril de crudo se mantiene, se traducirá en un crecimiento añadido para la economía mundial de un 0,5%.
Pero el descenso del petróleo acrecienta el peligro de deflación. Barclays ha calculado que si el precio del barril retrocede un 10%, el IPC puede descender una media del 0,1% en la eurozona.
3) La industria aérea y la petroquímica. Son dos sectores especialmente sensibles a los precios del petróleo, supone prácticamente el corazón de su margen. Para las compañías aéreas el queroseno puede suponer hasta el 35% de sus costes.
En el otro lado de la balanza, el descenso también tiene sus “perjudicados”:
1) Los productores de petróleo. Las economías de Venezuela, Irán, Rusia, se ven castigadas por los descensos. Los principales países productores han realizado sus cálculos presupuestarios en base a un barril por encima de los 100 dólares. Los descensos implican un déficit que acrecienta otras dificultades. La principal fuente de divisas de Irán es el crudo, por no hablar de Nigeria para quien el 70% de los ingresos del Estado provienen de la venta de esta materia prima.
2) Los productores de gas esquisto. Precisamente los pasos de Estados Unidos hacia la independencia energética gracias al “fracking”, han inundado el mercado de ‘oro negro’ y explican los descensos. “Estados Unidos ha incrementado su producción de forma que ha sido capaz de suplantar cualquier problema de suministro causado por los conflictos geopolíticos”. explica Álvaro Mazarrasa, desde la Asociación Española de Operadores Petrolíferos (AOP).
Sin embargo, desde la Agencia Internacional de la Energía (AIE), consideran que un barril por debajo de los 80 dólares puede hacer daño a la industria del gas esquisto porque deja de ser competitiva. Calcula que si se mantiene la bajada del crudo, la inversión en “fracking” en Estados Unidos descenderá un 10%.