El pasado 7 de febrero, cuando el presidente del BCE, Mario Draghi realizó su intervención mensual tras la reunión del Consejo del BCE, las preguntas que muchos periodistas le formularon no se dirigían a la ‘guerra de divisas’, los tipos de interés o las crisis del euro. Ese día, uno de los temas más comentados fue el escándalo de Monte di Paschi. El tercer banco más importante de Italia, y el más antiguo del mundo, que ya lleva 3.900 millones de rescate.
Los problemas de Monte dei Paschi, proceden todos de la época en la que Draghi era presidente del Banco de Italia, entre 2006 y 2011. Desde hace semanas se han elevado en Italia voces críticas contra Draghi por no haberse percatado de los hechos y no haberlo evitado. No pudo evitar una compra ‘inflada’ en 2.000 millones, al Santander ,de la entidad Antonveneta; ni tampoco se percató de la delicada situación a la que llegaba el banco con operaciones estructuradas.
De momento, desde la tribuna del BCE, Draghi ha defendido la actuación del Banco de Italia, y ha asegurado que «parte de lo que se está escuchando, es el ruido antes de la elecciones».
De hecho, uno de los candidatos a la presidencia, Giulio Tremonti, ha calificado de «increíble» que Draghi no se diera cuenta de las operaciones realizadas con Nomura y Deutsche Bank, destinadas a maquillar las pérdidas de Mpnte dei Paschi.
El presidente de Italia, Giorgio Napolitano, ha tenido que salir en defensa de Draghi y la el supervisor central, manifestando su plena “confianza».