Cerca de 40.000 empleados de una fábrica de calzado china que suministra a empresas como Nike y Adidas se mantienen en huelga desde la semana pasada.
Son los empleados de la fábrica Yue Yuen de la ciudad de Dongguan, y según las ONGs de la zona, reclaman mejores condiciones salariales y la cobertura social.
La organización China Labor Watch, especializada en los movimientos sociales del sector industrial chino, asegura que hay centenares de policías alrededor de la planta, algunos equipados con material antimotines y otros con perros pastores alemanes. Según China Labor Watch, la policía ha golpeado y detenido a varios obreros desde el inicio de la huelga.
En su página internet, la fábrica Yue Yuen, controlada en parte por capital taiwanés, afirma que es el primer fabricante de calzado deportivo del mundo.
Suministra calzado en particular a las marcas Nike, Adidas, Puma, Asics, Converse y New Balance.
«Los trabajadores prosiguen su huelga y el número, sin duda, ha aumentado», ha asegurado a la agencia France Press, Dong Lin, miembro de una asociación de defensa de derechos, localizada en Shenzhen y cercana a los trabajadores.
Dong Lin estima que hay 40.000 personas en huelga, que además exigen el pago de prestaciones familiares que les adeuda la empresa. La dirección de la empresa se ha comprometido a pagar los atrasos de aquí a finales de 2015, pero la propuesta habría sido rechazada por los obreros en huelga. Les preocupa que la dirección pueda decidir cerrar la planta para llevarla a otra parte, sin cumplir sus promesas, algo habitual en China.
«Nadie se atreve a levantarse y ponerse al frente de la protesta, ya que todos tenemos miedo a las represalias», dijo un trabajador, antes de agregar: «La prensa local ni siquiera se atreve a mencionar la existencia de nuestra huelga».
La provincia meridional de Guangdong, conocida como «la fábrica del mundo», ya que concentra una parte importante de la industria manufacturera china que trabaja para la exportación, no está exenta de conflictos sociales pese a que no existen organizaciones sindicales independientes.
En China, las exportaciones siguen siendo el principal motor de crecimiento y cualquier desaceleración puede tener repercusiones sociales inmediatas, por lo que los directivos se vuelven todavía más exigentes ante la caída de la demanda y la subida de los costes.