Dominique Strauss-Khan, al igual que Rodrigo Rato, podría haber sido presidente de su país. Varias veces ministro de Finanzas, en Francia era considerado un peso pesado del socialismo. En 2007 perdió las primarias del partido socialista francés frente a Ségolène Royal (entonces compañera sentimental del actual presidente, François Hollande). Royal perdió las elecciones presidenciales frente a Nicolas Sarkozy quien precisamente eligió a Strauss-Khan para sustituir a Rodrigo Rato al frente del FMI.
La tradición es que el puesto al frente del FMI lo ocupe un europeo, y hubo consenso entre los países. Strauss-Khan tenía un currículum más que acreditado. Pero su punto débil vino de su vida personal, no la profesional.
Primero, en 2008, se le investigó por “abuso de poder” para mantener una relación con una funcionaria del Fondo Monetario Internacional. Tras la investigación se concluyó que aunque sí hubo una aventura extraconyugal, Strauss-Khan no había incurrido en ninguna falta que comprometiera su puesto.
Esa era la antesala de lo que vino después, el bombazo que acabó con su carrera política a todos los niveles: el escándalo de Diallo Nafissatou. Acusado de agresión sexual e intento de violación por una empleada de la limpieza del Sofitel New York Hotel, la imagen de Strauss-Khan esposado por la policía estadounidense dio la vuelta al mundo. Sin este escándalo, probablemente, habría sido él el que hubiera competido en las elecciones presidenciales de 2012 contra Sarkozy… y muy probablemente habría podido salir victorioso.
Casado entonces, con Anne Sinclair, multimillonaria (nieta de uno de los grandes marchantes de arte del siglo XX) y estrella del periodismo, el dinero de Sinclair proporcionó en Estados Unidos a Strauss-Khan un acuerdo extra-judicial con la empleada del Sofitel.
Sin embargo, la caja de Pandora se había destapado. Ahora sin esposa, Strauss-Kahn tiene pendiente al menos una causa judicial por inducción a la prostitución. Ahora, sigue siendo un hombre mediático pero ya no es por motivos políticos sino por los escándalos sexuales.