La selección española de fútbol para ciegos está cuajando un gran Mundial en Tokio. Tras superar a Corea del Sur en los penaltis, el domingo afrontarán las semifinales del torneo ante Argentina. Éstas son las particularidades del reglamento que permiten adaptar el fútbol sala para los invidentes.
Balón sonoro
La pelota con la que se juega tiene una especie de cajitas sonoras que alertan a los futbolistas de dónde está el balón. De esta manera, los jugadores saben dónde está el balón.
Vallas en las bandas y fondos
El campo está delimitado por unas vallas de 1,20 metros que tienen como función salvaguardar la integridad de los jugadores. Si no existiera este límite físico, la ya de por sí compleja orientación se haría más complicada y además los futbolistas podrían hacerse daño con objetos como banquillos o mesas de anotaciones.
Guías
El terreno de juego se divide en tres partes. El tercio del área propia, el centro del campo y el área contraria. En cada tercio del campo tiene voz una persona vidente. En las áreas, habla uno por equipo. El portero y el guía. Uno tiene como función organizar a su defensa, mientras que el guía orientar a los delanteros sobre cómo está la portería. En la franja central del campo, la función es del entrenador. Si alguien habla o da una voz fuera de su zona de influencia, es falta técnica.
Siempre al aire libre
Antes se jugaba en cemento, y ahora casi siempre en hierba artificial. Siempre debe ser al aire libre para que no haya ecos o resonancias que compliquen la comunicación entre los jugadores.
El portero ve y los cuatro jugadores no
Los futbolistas de campo son completamente invidentes. Sí que ven los porteros, que suelen ser porteros de fútbol sala que llegan a este deporte.