El primer asalto de la Supercopa de España acabó en tablas y con la sensación de que no hay un claro favorito para este trofeo. Lo mejor sucedió cuando faltaban diez minutos. Lo empezó desatascando James y lo igualó Raúl García. El colombiano había salido tras el descanso por Cristiano Ronaldo, en un cambio sorprendente, y debutó ante su afición de la mejor forma posible. Marcó con su pierna mala, la derecha, en una jugada bien llevada por Kroos. El alemán empujó a su equipo, metió el balón a Carvajal, que conectó con Benzema y en el barullo del remate apareció James. Un tipo que ha demostrado que es más delantero que centrocampista o jugador de banda. Es vivo, sigue las jugadas, tiene velocidad y ganas de comerse el mundo. El Atleti no se rindió y sacó petróleo de una de sus especialidades. Empató Raúl García tras un saque de esquina mal defendido por el Real Madrid. Es la estrategia infinita de este equipo.
La cita ha llegado pronto para los dos gigantes del fútbol y las precauciones fueron máximas. Ni Real Madrid ni Atleti arriesgaron lo suficiente en el Bernabéu. La primera parte fue para el Atleti, bien cerrado y sólido y con mejores ocasiones, y la segunda para el Real Madrid que, curiosamente, sin Cristiano Ronaldo y con el liderazgo de Kroos cerca del área rival creó más peligro. El alemán lo hace todo bien atrás y delante.
El partido llegó al descanso sin goles y con una sensación de impotencia en el Real Madrid por no saber por donde poner en aprietos al Atleti. El plan del ‘Cholo’ siguió el guión establecido. Fue un equipo bien organizado y trabajador, que cerró los espacios, y obligó a su rival a bombear balones de un lado a otro del campo. Con apuntar que Sergio Ramos fue de los jugadores que más centros horizontales puso a la banda derecha que ocuparon Carvajal y Bale todo está dicho. Al Real Madrid le cuesta atacar en estático, contra equipos que se pertrechan bien atrás y que son sólidos. Empezó el equipo blanco atacando más por el costado izquierdo con las subidas de Marcelo y Cristiano Ronaldo, pero ninguno pudo desequilibrar.
Juanfran y Saúl eran un tapón y donde no llegaban aparecía Gabi para poner las cosas en su sitio. Por la derecha fueron Koke y Siqueira los que desactivaron a Bale. El brasileño no le dio respiro y cuando se le fue le tumbó. Koke y Siqueira se fueron al descanso con una tarjeta amarilla, con lo que quedaba claro que en el momento que se vieran superados iban a interrumpir y trabar el juego de los blancos.
En esta fase en la que el Real Madrid no encontraba las grietas en el ejército rojiblanco llegaron tres aproximaciones de gol para los de Simeone. Fueron como consecuencia de errores de sus centrales (Ramos y Pepe) que, una vez más, tuvo que solucionar Casillas. Iker estaba atento, bien colocado y detuvo los disparos de Madzukic y Saúl con seguridad. Se repitió una jugada similar a la del gol en Lisboa. En un mal despeje de Xabi en el área tuvo que saltar Casillas para despejar y el balón cayó en las botas del delantero croata del Atleti. Éste remató mansamente a las manos de Iker.
En la primera parte no tuvo protagonismo Kroos, que jugó más adelantado que Xabi Alonso y escorado a la izquierda. Modric se situó más a la derecha. Pero ni uno ni otro participaron en la construcción por dentro por esa obsesión de sus compañeros o de Ancelotti de cambiar la orientación del juego con pases largos. Le faltó al equipo blanco juego entre líneas, más ritmo y velocidad para remover al bloque rojiblanco. Se fue al descanso sin crear ninguna ocasión de gol.
La solución de Ancelotti para empezar la segunda parte fue dar entrada a James por Cristiano Ronaldo. Un cambio sorprendente que solo puede tener una explicación si el portugués no se encuentra físicamente bien. El colombiano ocupó la banda izquierda del portugués sin ser un jugador estático. Estuvo atento a todo lo que sucedía, dinámico y amenazante. Le dio la más velocidad y chispa al juego de su equipo.
Empezó bien la segunda parte para el Real Madrid con un disparo de Bale, con la derecha, que desvió un seguro Moyá. Jugó más en corto, con otra velocidad superior y algo más de precisión. Llegó con más claridad al área rojiblanca. Movió mejor la pelota. Fueron los mejores minutos de Kroos, en el robo de la pelota y en su intención de irse a la portería a buscar el gol. Logró desordenar al Ateti. El alemán decidió arriesgar. Le paró en su ímpetu Mario Suárez, que recibió una amarilla. El »Cholo» reaccionó para meter a Griezmann por Saúl. Estiró a su equipo. También quitó a Siqueira para meter a Ansaldi. El Atleti buscó explotar la vía Mandzukic, con balones largos, como si estuviera Diego Costa, y se revivió el duelo con Ramos. Los dos vieron cartulina en una acción fuerte. Sergio Ramos, el héroe de la Décima, empezó a coger el protagonismo en defensa y en ataque. En el minuto 68 llegó la mejor ocasión del partido para los locales en una falta que le hicieron a James. Primero la tiró Ramos. Se tuvo que repetir porque la defensa se adelantó. Fue el turno de Bale que le pegó con potencia al balón y obligó a Moyá a desviar con los puños. En el rechace la pelota se le fue arriba a Kroos.
El último cartucho de ambos entrenadores, a falta de doce minutos, fue meter en el campo a Di María por Modric y Raúl Jiménez por Mandzukic. Dos jugadores desequlibrantes para encontrar el gol. El 1-1 da una ligera ventaja al Atleti.