El Mundial de Brasil 2014 comenzó con escándalo árbital, o »Robinho», como bromeraron en alusión al exjugador brasileño del Real Madrid en la prensa argentina. Es algo repetitivo que la selección anfitriona recibe ciertos favores, pero hay ocasiones en que los errores de los colegiados con flagrantes.
Nunca se puede asegurar que las actuaciones de los árbitros están premeditadas. El que piense así no debería ver el Mundial, aunque en ocasiones se ha comprobado a posteriori que algunos árbitros han pitado comprados. La selección de Croacia se vio gravemente perjudicada en una acción sin aparente peligro, en la que Fred se dejó caer ante Lovren y el ya conocido colegiado japonés Yuichi Nishimura señaló un más que polémico penalti. Estos son otros casos de graves errores de los árbitros que premiaron a los anfitriones.
Barra libre para Corea en 2002
Uno de los casos más recordados en España es el partido de la selección ante Corea. El combinado asiático fue anfitrión en el año 2002 y Al Ghandour ya es uno de los peores recuerdos de una generación de jóvenes españoles. El colegiado egipcio anuló un gol de cabeza totalmente legal a Iván Helguera; senaló saque de portería en un balón que no superó la línea y que Morientes terminó marcando; y por último pitó fuera de juego en un mano a mano de Luis Enrique cuando el asturiano estaba en posición legal. España perdería en los penaltis en una de las derrotas más dolorasas de la historia de »La Roja».
La selección coreana recibió más favores durante el torneo. En octavos, el méxicano Byron Moreno señaló un penalti muy dudoso a favor de Corea, expulsó injustamente al italiano Francesco Totti y anuló un gol totalmente válido a Tomassi, tanto que habría significado la calificación de los azurri a cuartos de final. También Portugal fue castigado contra los anfitriones en la fase de grupos en el Mundial en el que los colegiados más se decantaron por el equipo organizador.
El gol fantasma en Wembley en 1966
La selección inglesa acumuló favores a lo largo de »su» campeonato. Todo comenzó antes de los cuartos de final. Cuando al sorteo llegaron los representantes de las selecciones, la FIFA ya había elegido al alemán Rudolf Kreitlein para pitar el Inglaterra-Argentina. Los inventores del fútbol pasaron, lógicamente, a semifinales, donde se encargaron de »coser» a patadas a Eusebio, la gran estrella de Portugal.
El gran escándalo se produjo en la final. Alemania e Inglaterra se jugaban el título en un partido que a poco del final marchaba con empate a dos. De forma incomprensible, el colegiado suizo Gottfried Dienst dio como gol un disparo de Hurst que tocó el larguero y botó claramente fuera de la portería. Con la locura colectiva en Wembley y el cabreo de los alemanes, Hurst marcó el cuarto gol que dio el primer título mundial a los ingleses en medio de una polémica todavía recordada en territoria alemán.
1934, cuando los italianos se dedicaron a lesionar españoles
España eliminó a Brasil con gran superioridad en los octavos de final. Italia recibía a la gran revelación del torneo y no quería sorpresas. Bajo la premisa de Mussolini, «vencer o morir», la selección italiana frenó a base de patadas, puñetazos y agarrones a una España que era muy superior técnicamente.
El belga Louis Baert permitió todo tipo de jugadas a los italianos. Siete jugadores españoles terminaron lesionados, después de adelantarse en el marcador El peor parado fue Zamora, que terminó con dos costillas rotas. Finalmente Italia terminó igualando el choque y el pase a semifinales se decidió en un partido de desempate. La selección española llegó muy mermada y volvió a sufrir cuatro lesiones más. El suizo Rene Mercet anuló dos goles legales a España y dio validez a un tanto de Giusseppe Meazza a pesar de que un italiano obstaculizaba al portero español. Tan mala fue la actuación del colegiado, que la FIFA dedició expulsarle de su organismo.