Fue un sofocón para media España, la gente se había hecho ilusiones. Fueron muchos los que pensaron que gracias a los JJOO la economía podía ir hacia arriba. Y hay que ser honestos, los que más inflaron las expectativas fueron los medios. Interesados como pocos en que los Juegos se celebraran en Madrid (el mercado publicitario se abriría de par en par). Así que, pese a los que estuvieron en Buenos Aires no transmitían tan buenas sensaciones, la sensación de todos fuera de allí, mirando al televisor era la de ¡esta vez sí! Pero no fue. Y no sería por dinero. Porque la candidatura se gastó lo suyo en promoción… y en el COI.
En el capítulo de gasto público para promocionar y presentar la candidatura de 2020 se reservaron 11.000.000 euros. Aunque la candidatura tiene que informar de la ejecución presupuestaria, según la memoria de los presupuestos de 2012 y 2013 de Madrid 2020, el Ayuntamiento destinó siete millones en una primera partida, y en las cuentas de 2013 reservó 3,9 millones de euros. Si se añaden las aportaciones privadas, el coste de vender y promocionar la candidatura de 2020 se eleva a los 24,4 millones de euros (10,6 millones en 2012 y 13,8 millones este ejercicio).
Si se desglosa el gasto en promoción, la memoria señala que los gastos de publicidad y promoción rondaron los tres millones de euros en 2012, los viajes, 894.000 euros, y los gastos en comisiones que se pagaron al Comité Olímpico Internacional, una vez que la ciudad fue elegida candidata, 405.495 euros.
La memoria señala que en personal se ha gastado 3,8 millones de euros; y en servicios exteriores (que se incluyen el capítulo de promoción, campañas de información, viajes, etc.), unos 20,4 millones de euros.
La partida pública en promocionar Madrid 2020 ha sido la más austera de los tres intentos consecutivos para organizar los juegos. En 2012, el Consistorio destinó unos 15,6 millones de euros y para 2016, el presupuesto público fue de 10,6 millones de euros, según dijo el propio Gallardón. Si se sumas las tres candidaturas, el presupuesto asciende a los 43,4 millones de euros.
La última decepción olímpica de Madrid ahorrará a los poderes públicos un desembolso de 1.516 millones de euros. Esta es la inversión que habían acordado dividirse el Ayuntamiento, la Comunidad y el Gobierno Central. Era la financiación pública que se precisaba para construir el 20% de las infraestructuras para organizar los Juegos Olímpicos en 2020. Entre las obras, la Villa Olímpica (652 millones), la Villa de los medios (21,7), el Anillo Olímpico (197,7 millones) y otras sedes de competición, como el Canal Madrid-Getafe (93,6 millones) o el pabellón de gimnasia (78,6 millones) Centro de tiro de Paracuellos (18,3 millones), Canal de Aguas Bravas de la Gavía (14,685 millones), Hipódromo (16,7 millones), Estación de Valdebebas (8,3 millones), Conexión autopista M-40 Villa Olímpica y Anillo (73,6 millones), Conexión Sur (11,7 millones), Estación Recintos Feriales (8,8 millones), Puente M-45 (Centro de Regatas), Estación línea 5 (94,2), Metro Villa Olímpica (31,4), Estación Paseo Olímpico (27 millones), Acceso Centro de Regatas (32,7millones).
A esta inversión había que sumar los 2.418 millones de euros de ingresos privados (contribución COI, entradas, patrocinio, licencias… ) que la candidatura iba a generar para organizar los juegos. Finalmente, el presupuesto de inversión se queda a cero.
6.500 millones en infraestructuras para una ciudad olímpica
La carrera olímpica de Madrid que se remonta de forma más a o menos oficial a 2002 ha supuesto un desembolso público de más de 6.500 millones de euros, de los que más del 90% se han destinado a infraestructuras de transporte, según los datos del Ayuntamiento. De la inversión total, 547 millones de euros en instalaciones deportivas . La Caja Mágica, por ejemplo, costó 300 millones, el centro acuático está presupuestado en 55,2 millones, la Peineta se presupuestó en 270 millones, pero ambos recintos están a medio hacer.
El resto de la inversión, 5.998 millones de euros, ha ido a obras de infraestructuras para comunicaciones y la ampliación de la planta hotelera. Se cuentan las obras que lleva gastadas Madrid desde 2002 ya sea el soterramiento de la M-30, la prolongación y aumento de las líneas de Metro, del Aeropuerto, la ampliación de la red de autobuses…
La reciente derrota olímpica impide realizar análisis rigurosos sobre el impacto de las inversiones orientadas a una ciudad que aspira a ser sede de los Juegos Olímpicos. El Ayuntamiento de Madrid puso encima de la mesa hace poco un estudio que hablaba de efectos en el empleo y en la riqueza de la capital: 8.441 millones de euros de las infraestructuras; 75.536 puestos de trabajo entre 2004 y 2012; y 5.864 empleos derivados de la construcción de las instalaciones deportivas.
Al margen de los cifras, los defensores de la carrera olímpica hablan también de los efectos intangibles, de marca y proyección internacional, de Madrid como sede del deporte.