Con la famosa crisis mundial y más en concreto, con los problemas económicos por los que atraviesa España, los tiempos han cambiado y la necesidad aprieta. Así que parece que Leo Messi no será el único que estará en el punto de mira del fisco.
El principal control a estas ‘megaestrellas’ será intenso sobre todo en los llamados derechos de imagen (dinero que perciben al márgen de su salario como jugador).
Es normal que esas cantidades de dinero lo gestionen a través de sociedades intermedias. El riesgo es que esas empresas sólo tengan como objetivo eludir los impuestos.
Hay todavía quien aprovecha vacios legales para poder cotizar a un porcentaje menor.
David Beckham fue el primero en acogerse a una ley que permitía a los futbolistas extranjeros tributar como no residentes al 24% en lugar de al 52%, lo que le sirvió para bautizar esta ley con su nombre.
La Ley Beckham es una norma que aprobó en 2004 el Gobierno de José María Aznar para atraer profesionales de alta cualificación y que permite que los extranjeros que llegaban a España tributar durante seis años como no residentes a un tipo fijo del 24% (actualmente al 24,75%).
Aunque posteriormete la ley fue eliminada, no se hizo con carácter retroactivo. Así que futbolistas fichados en 2009 como Kaká, Benzema o Cristiano Ronaldo aún se benefician de ella.
El Gobierno de Mariano Rajoy acaba de subir hasta siete puntos el tipo marginal máximo en el IRPF, que ya alcanza el 52% para las rentas superiores a 300.000 euros.
Este aumento, el mayor de la democracia, no afectará a jugadores como Cristiano Ronaldo, que gracias a la llamada Ley Beckham tributan como no residentes.
Para este tipo de contribuyentes, la subida fiscal se traduce en un recargo adicional de solo el 0,75%, es decir, el mismo aumento que afecta a los asalariados que no alcanzan los 17.702 euros anuales.
Esto significa que deportistas con sueldos astronómicos pueden tributar al mismo tipo nominal que un mileurista, es decir, al 24,75%.
El Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero modificó el llamado régimen de impatriados y limitó la posibilidad de trabajar en España y tributar como un no residente a los contribuyentes con sueldos inferiores 600.000 euros.
Sin embargo, la medida no se aplicó con carácter retroactivo. Es decir, aquellos que llegaron a trabajar a España antes del primero de enero de 2010 pueden seguir aplicando la rebaja fiscal hasta cumplir seis años en el país.
Con todo, las grandes figuras del fútbol negocian sus contratos en términos netos. Ello implica que cualquier aumento fiscal es asumido por el club.