El sábado de pasión se cerró en tablas. Ninguno de los tres aspirantes al título falló. El Atleti ganó por la mínima (1-0) y sufriendo contra el Villarreal, el Barcelona se dejó llevar ante el Betis (3-1) por el conservadurismo y vicio de su toque y el Real Madrid (0-4) pasó una dura prueba en San Sebastián. Los de Ancelotti eran los que peor rival tenían y, tras una segunda parte brillante, se fueron superando contra una Real Sociedad que le puso en dificultades en el primer periodo. También supo sufrir el equipo madridista para no descolgarse de la cabeza y acabó venciendo en Anoeta, un campo en el que había perdido el Barcelona.
La jornada empezó en el Vicente Calderón. Una empujoncito de Raúl García, en el minuto 14, a Mario le vale al Atlético para conservar el liderato una jornada más. Así llegó el único gol que marcó al Villarreal, en una acción que nació de un lanzamiento de córner de Koke y Raúl García, que desplazó a Mario, quedó libre para rematar de cabeza y batir a Asenjo.
La máquina del ‘Cholo’ jugó con menos caballos, la doble ‘G’ (Godín y Gabi) y con el turbo averiado, Diego Costa. También le faltó el conductor, el turco Arda Turan. Con estas bajas, los rojiblancos acabaron metidos atrás y pidiendo la hora ante un Villarreal que dominó, sobre todo en la segunda parte, pero que creó pocas ocasiones de gol. La más clara, la que llevó el pánico a las gradas del Calderón, fue un centro que rechazó Toby Alderweireld y que provocó que la pelota pasara rozando el poste de su compatriota Courtois. En esa segunda parte, que se le hizo eterna a los aficionados y los jugadores, el ingeniero Simeone movió el banquillo para quitar a un melancólico Villa. El entrenador vio peligrar la victoria y jugó el partido desde la banda agitando sus brazos a la grada para que no desfalleciera y diera un último aliento a sus sufridores gladiadores.
El Villarreal echó de menos a su jugador más desequilibrante, Giovani Dos Santos, y su goleador, el nigeriano Uche. Con estas bajas se quedó sin ideas arriba y sin un plan para definir. Esto le benefició a un Atleti que dio señales de alarma en ese retroceso de sus líneas. El cansancio en el equipo del Cholo es evidente a estas alturas de la temporada y el miércoles tiene que jugar una final contra el Barcelona en la vuelta de los cuartos de Champions.
El Barcelona también sacó adelante su compromiso con el Betis y lo hizo con señales preocupantes. Atrás tiene muchos problemas y con poco que le llegó el Betis le puso en apuros. Arriba vivió de tres acciones aisladas en las que en dos de ellas fue decisivo Jordi Figueras, el jugador del Betis que hizo el primer penalti a Alexis y se metió un autogol en la segunda parte que ponía con 2-0 en ventaja a los azulgranas.
Los del ‘Tata’ no dieron los síntomas de cansancio que se vieron en el equipo del ‘Cholo’. Tuvo algo de conformismo el equipo azulgrana ante el último de la tabla. Se vio con un 1-0, en el minuto 15, y se vició con el toque. Un defecto para algunos y una virtud para muchos. El toque en este encuentro fue previsible y, en ocasiones, hasta soso. Sin efectividad no enamora. La primera parte fue un sopor. Aburrida.
En la segunda parte el equipo verdiblanco dio un paso al frente y se fue a buscar sus ocasiones. Se lo creyó y animó el encuentro. El partido pasó de un posible empate a uno, con un disparo de N’Diaye que desvió Pinto, al 2-0 con ese gol en propia puerta de Figueras. El Betis reaccionó y Rubén Castro no desaprovechó una ocasión para ajustar el marcador. Antes, los azulgranas estrellaron dos balones al larguero (Xavi de falta y Alexis en una jugada).
El ‘Tata’, con cara de preocupación, quemó sus reservas para evitar el pinchazo. Sacó a Neymar y Cesc para darle oxigeno y profundidad al equipo. Le dio resultado porque el brasileño lo intenta todo y un centro suyo sirvió para provocar el segundo penalti que transformó Messi. Adán lo paró, pero el argentino llegó a tiempo para en el rechace darle la puntilla a un atrevido Betis.
El Real Madrid cerró el sábado de pasión con la presión de conocer que los dos primeros habían sumado los tres puntos y que un pinchazo le alejaría de la pelea. Anoeta y la Real Sociedad no es un buen campo ni un rival asequible para jugarte la Liga, pero el Real Madrid tuvo una combinación de carácter, esfuerzo, atención en defensa, solidez y orgullo que le mantiene en la pelea. Ancelotti alineó un once con Nacho en el lateral izquierdo, Illarramendi con Modric y Xabi en el mediocampo e Isco con Bale y Benzema arriba. En la primera parte las fuerzas estuvieron igualadas y los protagonistas fueron los defensas. Ramos y Pepe se mostraron contundentes e Iñigo Martínez, en la Real, secó a los delanteros del Madrid que se acercaban al área de Claudio Bravo. El partido lo rompió un arreón de Benzema al filo del descanso, en una jugada en la que subió las revoluciones. Su potente disparo lo despejó Bravo e Illarramendi, atento y en posición de 9, remató el balón dentro en un descuido de la defensa donostiarra.
El Real Madrid fue a más y completó una segunda parte que demuestra que es un equipo que puede vivir sin Cristiano Ronaldo. Y esto son palabras mayores. Tuvo más ocasiones, agotó a la Real y demostró que no va a tirar la Liga. Sergio Ramos y Benzema estrellaron un balón al larguero cada uno. La Real Sociedad empezó a dar malos síntomas, de no creer en la remontada, se desmotivó y llegaron los errores. Un saque de portería desafortunado de Claudio Bravo lo interceptó Bale que, según le vino el balón, soltó un latigazo con la izquierda y convirtió el 0-2. Una losa para el equipo de Jagoba Arrasate que quedó a merced de un Real Madrid que se movió con soltura por todo el frente del ataque. La goleada la cerraron Pepe y Morata. El portugués remató un centro de cabeza de Sergio Ramos. Un gol que fue celebrado por todo lo alto con sus compañeros del banquillo. El canterano rapado definió perfectamente en una jugada de contrataque. Esta victoria refuerza al equipo de Ancelotti y a su entrenador. Ganó de forma contundente el Real Madrid sin su estrella, Cristiano Ronaldo.