Dos partidos y un punto de 6 posibles, el Athletic se complica y mucho las cosas de cara a la clasificación. Le falta enfrentarse al Oporto, el rival más duro del grupo y ha perdido con estrépito ante el más fácil del grupo, que se llevó 6 en su vista al estadio Do Dragao hace dos semanas. El equipo portugués de Lopetegui es líder con 4 puntos, segundo es el Bate Borisov con 3-los que le ha ganado al Athletic- le sigue el Shakhtar con 2 y cierra el Athletic con uno.
Contra el equipo portugués solo vale ganar. El Athletic tiene todavía ciertas esperanzas porque el Oporto empato y le saca solo 3 puntos en el liderato del grupo, pero el equipo vasco no levanta cabeza y esta dinámica le pone contra las cuerdas. Anímicamente es muy difícil de recuperar, pus el Athletic suma su peor arranque en el campeonato en 19 años.
El Athletic no tuvo ninguno de los elementos que le hicieron cuarto de la Liga la temporada pasada y por tanto equipo de Champions y que se siguieron viendo en la fase previa. No había explosividad en los remates de Aduriz, ni electricidad en los recortes de Munian ni solidez defensiva con Laporte, que acabó expulsado por protestar en los compases finales.
Valverde no tuvo clara la estrategia en ningún momento. Primero intentaban tocar la pelota en corto. Después se pasó radicalmente a balones en largo, y como ninguna funcionaba, el equipo terminó por desesperarse dejándose llevar a lo que el valía el Bate.
El equipo bielorruso les superó en todas las facetas del juego. La ofensiva, dando sensación de peligro cada vez que se acercaba, y la defensiva replegándose y colocándose bien y el portero intervino cuando lo tenía que hacer. Sin alardes, con sobriedad y con buen hacer. El pero enemigo del Athletic fue la sorpresa que le creó al equipo bilbaíno la imagen del Bate. Estaban tan sorprendidos que no supieron reaccionar. Seguro que a Valverde, la sorpresa de los primeros minutos todavía le acompaña