Juan Marsé (Barcelona, 1933) acaba de publicar Noches de Bocaccio (Alfabia, 2012), una desternillante sátira de la gauche divine barcelonesa de los años setenta.
P: ¿Hubo realmente tanta superficialidad, papanatismo, adoración irracional por «lo nuevo», endogamia, señoritismo e impostura en la legendaria gauche divine barcelonesa?
R: La mía quiere ser ante todo una visión irónica. Para dejar las cosas claras hay que decir que también hubo trabajo. Mucho trabajo y del bueno de parte de muchas personas que pertenecían a la gauche divine, y de todos los campos de las artes. Del teatro menos, quizás por la simple razón de que los actores trabajaban de noche, pero por lo que destacó fue por la capacidad de unos y otros para mitificar. El estructuralismo hizo estragos por entonces. Y también, como en otros ámbitos, en el PC de la época por ejemplo, había mucha endogamia. La pregunta era siempre «¿pertenece o no pertenece?». Vaya, en pocas palabras, fue una enorme fantasmada.
P: Más de uno pensará que no deja Ud. títere con cabeza pero yo en cambio creo que más bien es el escrito de alguien que «ama aquello de lo que se ríe y que se ríe de aquello que ama».
R: Exacto. Yo así lo creo. Hasta ahora nadie se ha molestado con el relato. Lo escribí por encargo hace ya años pero hasta ahora nunca ha aparecido en solitario. Si hay una segunda edición, como así parece que será, me aseguraré de revisar la nómina de integrantes.
P: Uno de los hilos del relato, si no el principal, es el hecho de que la literatura despierta pasiones, también las eróticas y hasta el punto de hacer estragos alrededor. ¿Por qué cree que ocurre esto en su libro y en la vida en general?
R: ¡Menuda pregunta! Bueno, la literatura o es una pasión o no es nada, y por tanto es lógico que la pasión lleve a la pasión.
El comentario
Soy de los que piensan que Marsé es el gran novelista español actual. Alguien en quien la pasión por la vida y el talento de narrar se han dado felizmente la mano a fuerza de un trabajo incansable. Ahora nos devuelve esta obra maestra: »Noches de Bocaccio», el relato de un desencanto, una mirada oblicua a un mundo conocido pero nunca aceptado del todo. Escribir es separarse de algo, en este caso en clave irónica, lúcida pero bien afilada. Los personajes de la gauche divine barcelonesa de los años setenta desfilan por las páginas de Marsé como fantasmas de sí mismos. Todos juegan a algo que no son. El insulso pope teórico, el descubridor o fabricante de talentos, el arribista que da lugar a otra nueva farsa, las divinas que se disponen en vano a calentarse con el último fuego fatuo. Marsé da los nombres. ¿Deseo de verdad? Desde luego que sí. ¿Privilegio de un realista literario y metafísico, de alguien que sabe bien que todo pasa y que al final no queda casi nada? Seguro, pero sobre todo de un autor para quien la literatura entre otras muchas cosas es el arte de desenmascarar tartufos.